China advirtió este viernes que “tomará las medidas necesarias” para defender a sus empresas y acusó a Washington de “violar las leyes del mercado”, después de que el presidente Joe Biden ampliara la lista negra de compañías que no pueden recibir inversiones estadounidenses.
El presidente estadounidense, Joe Biden, enmendó el jueves un decreto de su predecesor, Donald Trump, para incluir a empresas chinas vinculadas a tecnologías de vigilancia susceptibles de ser utilizadas no solo en China contra la minoría musulmana uigur y contra los disidentes, sino también en el resto del mundo.
“Este decreto autoriza a Estados Unidos a prohibir –de manera selectiva y circunscrita– inversiones estadounidenses en empresas chinas que atenten contra la seguridad o los valores democráticos de Estados Unidos y nuestros aliados”, afirmó la Casa Blanca en un comunicado.
La lista afecta a empresas vinculadas con la tecnología de vigilancia china utilizada para “facilitar la represión o abusos graves de los derechos humanos”, recoge el comunicado, en clara alusión a los uigures.
La lista negra inicial fue establecida por la administración Trump el 12 de noviembre e incluía 31 empresas, consideradas como proveedoras o apoyos del complejo militar y de seguridad chinos.
Tras la ampliación de Biden, cuenta con 59 empresas.
Los estadounidenses –individuos y empresas– que tengan participaciones y otros intereses financieros en esas empresas deberán cederlos antes del 2 de agosto.
La lista incluye grandes grupos de varios sectores, como el fabricante de teléfonos Huawei, el gigante petrolero CNOOC, China Railway Construction, China Mobile, China Telecom e incluso la empresa de videovigilancia Hikvision.
La administración Biden indicó que desea “consolidar y reforzar” el decreto firmado por Donald Trump “para prohibir las inversiones estadounidenses en el complejo militar-industrial de la República Popular de China”.
Asimismo, la medida persigue “velar para que las inversiones estadounidenses no apoyen a las empresas chinas que atenten contra la seguridad o los valores de Estados Unidos y de nuestros aliados”, señaló la Casa Blanca.
– Ofensiva y consenso –
Como era de esperar, Pekín reaccionó airadamente.
Al ser preguntado durante una rueda de prensa, el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin, consideró que las medidas “violan las leyes del mercado” y que “causan daños no solo a los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas, sino también a los intereses de los inversores mundiales, incluyendo los inversores estadounidenses”.
“China tomará las medidas necesarias para defender con decisión los derechos y los intereses legítimos de las empresas chinas”, advirtió.
Desde su llegada a la Casa Blanca, el demócrata Joe Biden ha hecho gala de firmeza ante China. Es uno de los pocos temas en los que su política sigue la línea de la de Trump, que lanzó una verdadera ofensiva contra Pekín.
El asunto suscita consenso en el Capitolio estadounidense. Los senadores republicanos Tom Cotton y Marco Rubio, junto con los demócratas Gary Peters y Mark Kelly, publicaron una carta bipartidista esta semana en la que reclamaban que la administración estableciera una nueva lista.
“El gobierno de Estados Unidos debe continuar actuando con valentía para bloquear la depredación económica del Partido Comunista Chino contra nuestra base industrial”, señalaron.
Durante el mandato de Trump, el conflicto comercial desembocó en aranceles recíprocos adicionales sobre muchos productos, que tuvieron efectos en la economía global.
Pero Pekín y Washington firmaron una tregua en enero de 2020, justo antes de que el mundo se paralizara por la epidemia de covid-19.
AFP