Aumentan a cinco los muertos por el tornado en el sureste de la República Checa

Aumentan a cinco los muertos por el tornado en el sureste de la República Checa

 

 

El número de víctimas mortales por el tornado que azotó anoche el sureste de República Checa ha aumentado a cinco mientras que más de 200 personas resultaron heridas por la ola de destrucción de unos vientos huracanados de hasta 300 km por hora, según informaron los equipos de rescate.

La tormenta ha afectado sobre todo a las localidades moravas de Hrusky, Mikulcice, Moravská Nová Ves y Luzice, y obligó a cerrar el tramo de autopista D2 entre las ciudades de Brno y Breclav, que se ha reabierto esta mañana.

“No duró ni diez minutos y sembró la muerte. Me ha tocado vivir esto al final de mi vida”, dijo a los medios locales una anciana de 86 años en Moravska Nova Ves, una de las poblaciones más afectadas.

Los bomberos han informado que ya no esperan encontrar más víctimas entre los escombros, aunque seguirán con sus trabajos hasta la noche.

El Gobierno ha asegurado que dará 2.000 euros a las familias más afectadas para comenzar las reparaciones, y los alcaldes de esas localidades han hecho llamamientos a la población para que acoja temporalmente a los damnificados.

La razón es que muchas viviendas han sufrido daños de tal envergadura que deben ser demolidas.

Los bomberos han hecho un llamamiento a la población a no desplazarse a las zonas afectadas para ayudar, debido al mal estado de algunas de las vías de comunicación, y han instado más bien a colaborar con ayuda económica.

La autoridad ferroviaria ha informado de que se interrumpieron conexiones de trenes en 22 tramos, y de que existen complicaciones en toda esa región del sudeste del país.

Bolas de granizo del tamaño de pelotas de golf y vientos huracanados con un tornado derribaron numerosos árboles y causaron grandes destrozos en edificios y automóviles a última hora de la tarde de ayer, según la televisión pública CT.

El tornado causó una gran devastación, con coches, autobuses y camiones volcados y edificios con paredes y techos derruidos.

“En diez minutos el pueblo quedó arrasado. Probablemente hubo muertos. Después no había señal y los bomberos tardaron una hora en llegar”, describió para CT Marek Kosut, alcalde de una pequeña localidad afectada.

Unas cien unidades de bomberos, con vehículos pesados y perros, operan en la región, y en este dispositivo también han colaborado unidades de Eslovaquia y Austria.

EFE

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