Nos fallaron quienes capitularon con la oscuridad, alegando que solos no podemos, sino cohabitando con el régimen que nos tiene sometidos; despachando así, sin dignidad, su oferta de cambio tantas veces voceadas en mantras. No resistieron ante el andamiaje de la extorsión para acabar con la voluntad de los venezolanos.
Notamos un completo desorden de pensamientos y ambiciones que bullen y nos hacen daño al chocar unos con otros. Esa dinámica estéril produce un gran vacío.
Soñamos a Venezuela mientras luchamos por la libertad, no dejaremos un minuto de actuar mientras nos vayamos liberando. Jamás aceptaremos la sumisión ante un Estado fallido que copa todo, aderezándolo con mafias a quienes les ha entregado el territorio.
No hemos entrado al tercer milenio y la colectivización convierte en masa a los ciudadanos alojados en la base de la pirámide. Y ricos a los del vértice.
Avanzaremos de reto en reto. La dignidad es el auténtico alimento que nos aporta la fuerza necesaria para continuar en la lucha. Hay que plantar agenda clara ante el ladronaje de unos pocos, que le dispute el poder descartando cualquier estrategia que le dé legitimidad, poder, dinero y tiempo. Esto solo alarga y agrava el problema. Conectar con la gente que rechaza en más de 80% al usurpador y hacer más efectivo el apoyo internacional.
Sin marcos institucionales es imposible actuar en política, todo partió del rompimiento del orden constitucional, a la fuerza, por la usurpación. Lamentablemente después de iniciarse auspiciosamente el año 2019 sobrevino un fracaso monumental centrado en proyectos partidarios y se dilapidaron energías con una vocería estéril, funcional al ecosistema criminal.
Ante la evidente incapacidad de comprensión se está reconfigurando un nuevo liderazgo con los líderes fénix, tomando conciencia de la verdad y deshaciéndose de la mentira.
El desafío ante la devastación de las instituciones es realizar un gran esfuerzo de comprensión del momento histórico de pobreza y servidumbre. No se ve por ningún lado buena voluntad, apertura e interlocución de la contraparte forajida y toca seguir tercamente conectando con la gente e ir escalando hasta alcanzar las intervenciones democráticas de hecho y de fuerza ante la cerrazón de cualquier otra vía e ir armando la coalición que no se ha logrado con estrategias y trabajo arduo.
Llegó la hora de romper con los fracasados e inveterados liderazgos que se enfocaron con miopía en sus propios proyectos partidarios, evidenciando una enorme ausencia de grandeza, subsidiarios perrunos de una fracasada narrativa.
Exigir, exigir y exigir. El camino comienza con el primer paso en firme de quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes. La puerta de los principios es angosta pero conduce a la libertad, mientras ancho es el camino que lleva a la perdición y frustración inexorables.
¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!