Los talibanes, que llevan dos meses librando una ofensiva sin cuartel contra las fuerzas afganas, dijeron haberse apoderado de un paso fronterizo clave entre Afganistán y Pakistán en la provincia sureña de Kandahar, información que fue desmentida por el gobierno afgano.
Un funcionario de seguridad paquistaní que pidió el anonimato afirmó a la AFP que los talibanes habían tomado el control del puesto fronterizo entre Spin Boldak (Afganistán) y Chaman (Pakistán). “Izaron su bandera y retiraron la bandera afgana”, describió.
“Nuestros combatientes han tomado una importante ciudad fronteriza, Wesh, en la provincia de Kandahar. Ahora la carretera que une” Chaman, Spin Boldak y Kandahar “está bajo su control”, dijo Zabihullah Mujahid, un portavoz talibán, en un comunicado.
Los talibanes “aseguran a todos los comerciantes y residentes que su seguridad está garantizada”, añadió.
Varios residentes locales contactados por AFP dijeron que había una fuerte presencia de talibanes en Wesh, particularmente en los edificios oficiales y en la carretera que une Spin Boldak con Kandahar, la capital provincial.
“Cuando fui a mi tienda esta mañana vi talibanes por todas partes. Están en el bazar, en el cuartel de la policía y en las aduanas. Se escuchan próximos los sonidos de los combates”, dijo Raz Mohammad, un vendedor que trabaja cerca de la frontera.
Feda Mohammad, conductor de autobús, contó a la AFP cómo los talibanes le pararon en la carretera principal que une Kandahar con Pakistán y llega hasta el puerto paquistaní de Karachi.
“Quería llevar a unos pasajeros de Kandahar a Spin Boldak. Los talibanes me pararon y me obligaron a dar media vuelta. Patrullan la carretera Kandahar-Spin Boldak”, explicó.
Por su parte, el Ministerio del Interior de Afganistán afirmó a la AFP que las fuerzas gubernamentales “repelieron” un intento de los talibanes para apoderarse del puesto fronterizo.
“Los terroristas talibanes se acercaron a la zona fronteriza” en el distrito de Spin Boldak, pero “las fuerzas de seguridad repelieron su ataque”, dijo a la AFP el portavoz del Ministerio del Interior, Tariq Arian.
El funcionario paquistaní dijo que las fuerzas paquistaníes estaban “en alerta máxima en (su) lado” de la frontera y “todavía evaluando la situación”. Desde hace mucho se acusa a Pakistán de apoyar a los talibanes y darles refugio.
– Sector clave –
El paso fronterizo que los talibanes dicen haber tomado enlaza Afganistán con la provincia paquistaní de Baluchistán (suroeste), cuya capital Quetta, según esas acusaciones, alberga a algunos de los dirigentes talibanes o recibe a los heridos.
Horas después de la caída del puesto fronterizo, un periodista de la AFP en el lado paquistaní pudo ver a cerca de 150 talibanes en motocicletas, portando banderas rebeldes y exigiendo cruzar a Afganistán.
Una importante autopista conecta la frontera con el principal centro comercial de Pakistán, Karachi, y su puerto en el mar Arábigo, considerado un eje primordial para el tránsito de la heroína afgana, que desde hace años permite a los talibanes financiar su esfuerzo militar.
Los insurgentes afirmaron la semana pasada que tienen en su poder un 85% del territorio afgano, una cifra rebatida por las autoridades del país e imposible de verificar de forma independiente.
Desde que lanzaron su ofensiva a principios de mayo, los talibanes se hicieron con vastos territorios rurales del país así como con varios puestos fronterizos claves con Irán, Turkmenistán y Tayikistán.
Privados del apoyo aéreo estadounidense, el gobierno afgano solo controlaría un pequeño grupo de capitales de provincia, rodeadas por los talibanes, y que necesitan ser abastecidas por avión.
El 1 de mayo comenzó la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN, que finalizará en las próximas semanas, tras 20 años de presencia en el país.
La sencilla y rápida expansión de los insurgentes sembró el miedo a que las fuerzas de seguridad afganas se vean sobrepasadas.
A principios de semana, el portavoz del Pentágono estadounidense, John Kirby, afirmó que el éxito de la defensa del país ante los talibanes depende de los líderes afganos, y no de lo que haga Estados Unidos.
“Saben lo que necesitan hacer”, añadió Kirby ante la prensa.
AFP