La policía de Tailandia utilizó el domingo balas de goma, gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a los manifestantes que reclamaban en Bangkok la dimisión del primer ministro, el general Prayut Chan-O-Cha, por su gestión de la pandemia de coronavirus, un año después de las protestas prodemocracia en el país.
Desafiando la prohibición de reunirse más de cinco personas, los manifestantes apilaron falsos sacos mortuorios pintados de rojo a los pies del Monumento de la Democracia, en Bangkok, para después dirigirse a la sede del gobierno, donde fueron bloqueados por camiones de agua.
Confrontado a la peor ola de covid-19 desde el inicio de la pandemia, con los hospitales desbordados, el país registró el domingo el récord de nuevos contagios en 24 horas, más de 11.000, al día siguiente de batir su marca diaria de decesos (141). En total, Tailandia suma 403.000 casos y 3.341 fallecidos.
La lentitud del gobierno en su campaña de vacunación fue muy criticada y la economía del país está paralizada por restricciones cada vez más rigurosas. Desde el lunes, la capital, Bangkok, está bajo un toque de queda nocturno y el gobierno va a revisar su campaña de vacunación, combinando la vacuna china Sinovac con la inglesa AstraZeneca para frenar la rápida propagación de las variantes Alfa y Delta.
El director de cine tailandés Apichatpong Weerasethakul, que recibió el sábado por la noche el premio del jurado del Festival de Cannes por su película “Memoria”, rodada en Colombia, aprovechó para lanzar un mensaje al gobierno colombiano y de su país: “por favor, despierten y trabajen desde ahora por sus pueblos”.
“Muchos (de mis compatriotas) sufren enormemente la pandemia y la mala gestión de los recursos, del acceso a las vacunas y los cuidados sanitarios”, añadió.
En verano de 2020 se produjo un importante movimiento prodemocracia que pide la salida del jefe del gobierno, la reescritura de la Constitución, considerada demasiado favorable para los militares, y una profunda reforma de la monarquía.
Pero ahora la gestión de la pandemia por el gobierno se convirtió en uno de los caballos de batalla de la movilización.
AFP