Un 96 % de las 18.000 personas que fueron declaradas positivas en Francia en las últimas 24 horas no estaban vacunadas, destacó este miércoles el primer ministro, Jean Castex, que hizo un nuevo llamamiento para que se inmunicen los que no lo han hecho.
Castex, que fue entrevistado en el canal de televisión TF1 dos horas antes de que se iniciara el debate parlamentario del proyecto de ley que extiende la necesidad del certificado sanitario a actos corrientes de la vida social, insistió en que hay que reaccionar ante la cuarta ola que ha causado la variante delta, más contagiosa.
“La vacunación funciona”, insistió el primer ministro, antes de confirmar que las personas que están inmunizadas ya no tendrán que aislarse, como hasta ahora, cuando sean contacto de una persona positiva por covid.
Hizo notar que el objetivo de 40 millones de personas con al menos una dosis de la vacuna, que inicialmente se esperaba para finales de agosto, se va a alcanzar antes de que termine julio. El nuevo objetivo para finales de agosto es llegar a 50 millones, lo que significaría tres cuartas partes de la población.
El proyecto de ley, que también instituye la obligatoriedad de la vacunación para el personal sanitario y los profesionales que atienden a personal vulnerable, comienza su tramitación en la Asamblea Nacional con el objetivo de su adopción de forma definitiva esta semana. El primer ministro avanzó que luego someterá el texto a examen del Consejo Constitucional.
El objetivo es que desde comienzos de agosto pueda entrar en vigor la exigencia del certificado sanitario para los clientes de bares y restaurantes, para los usuarios del transporte público de larga distancia (autocares, trenes, aviones o barcos) o para realizar visitas en hospitales o residencias de ancianos.
Esa exigencia ya se aplica desde hoy en cines, teatros o en cualquier espectáculo cultural y deportivo que reúna a más de 50 personas, en los que los asistentes pueden prescindir de las mascarillas, salvo que haya disposiciones en contra
Los responsables de esos establecimientos serán los encargados de controlar que el público al que acogen tiene el certificado, aunque no serán los que verificarán si hay fraudes con los documentos, algo que corresponderá a las fuerzas del orden con controles aleatorios.
El Gobierno se da una semana para hacer “pedagogía” de esa medida. Luego vendrán las sanciones.
Sobre las protestas de quienes se oponen a la imposición en la práctica de la vacunación a través del certificado sanitario (fueron cerca de 120.000 el sábado en toda Francia), el primer ministro recordó que, desde que se anunciaron esas nuevas medidas, más de tres millones de personas han solicitado cita para vacunarse.
Castex advirtió de que serán “intransigentes” contra los que cometan actos de violencia, refiriéndose al incendio de un centro de vacunación el pasado fin de semana.
EFE