Con el aumento de contagios de Covid-19 por la variante Delta en Estados Unidos, las personas completamente inmunizadas se preguntan si deben seguir utilizando barbijo en espacios cerrados.
Por: AlbertoNews / Infobae
Las vacunas contra el COVID demostraron ser efectivas contra las versiones más duras de la enfermedad que conllevan hospitalización y muerte. Pero expertos dijeron a la AFP que no es igual para todos y que la gente debe considerar factores como la transmisión comunitaria, los niveles de riesgo personal y su propia tolerancia al riesgo para decidir qué les conviene.
En mayo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) retiraron la directiva de uso de mascarilla para las personas vacunadas en Estados Unidos. En ese momento, los casos caían en picado y el gobierno de Joe Biden estaba ansioso por declarar un regreso a la normalidad en medio de una campaña de vacunación que avanzaba a muy buen ritmo.
Pero ahora hay un alarmante aumento de los casos provocado por la variante Delta, la más contagiosa surgida hasta la fecha, en zonas de baja inoculación, que ha enlentecido considerablemente su paso. La disparada no implicó, sin embargo, que aumentaran los ingresos hospitalarios ni las muertes.
Con el 80% de las personas mayores completamente inmunizadas, el promedio de muertes diarias se mantiene en 200, mucho menos que las 3.500 durante la peor ola de contagios en el pasado invierno boreal.
Más del 97% de los hospitalizados no están vacunados, dijo la semana pasada la directora de los CDC, Rochelle Walensky. En tanto, el 99,5% de las muertes se produjeron entre no vacunados, indicó el fin de semana pasado Vivek Murthy, alta autoridad médica del gobierno.
Walensky defendió las recomendaciones de mayo respecto del barbijo y subrayó que los CDC siempre dijeron que las comunidades y las personas deben considerar las condiciones locales. “Si uno se encuentra en una zona con una alta tasa de casos y baja tasa de vacunación (…) ciertamente debería usar mascarilla si no está vacunado”, dijo. Y si tiene la “protección excepcional de las vacunas” igual “puede tomar la decisión personal de agregar capas de protección si lo desea”.
El entorno importa
Joseph Allen, profesor asociado de la Facultad de Salud Pública TH Chan de Harvard, aseguró a la AFP que apoya la opinión de los CDC, pues si bien la OMS insta a las personas completamente vacunadas a seguir usando barbijo, es una recomendación a nivel global, ya que solo 13,4% de la población mundial está totalmente inmunizada.
En lo que respecta a los contagios entre los vacunados, un estudio reciente de una prisión estadounidense encontró 27 casos positivos entre 2.380 inoculados, el 1,1%. Todos eran asintomáticos y se detectaron mediante exámenes de rutina. Los asintomáticos tienen menos probabilidades de transmitir la enfermedad, mientras que se supone que las personas que desarrollan síntomas se aíslan per se. No obstante, cuanto mayor es la circulación comunitaria del virus, más probabilidades hay de que aumenten los casos entre los vacunados.
Los niveles de riesgo personal varían según edad y condiciones subyacentes. Y hay quienes pueden querer proteger a personas de alto riesgo en el hogar o simplemente tienen menor tolerancia al riesgo.
Celine Gounder, especialista en enfermedades infecciosas y epidemióloga, dijo que la situación previa a la aparición de la variante Delta era como conducir por el vecindario, mientras que el escenario actual es como andar por una pista de carreras. “Cuando conduces por tu vecindario, el cinturón de seguridad es suficiente. Pero si estás conduciendo en una pista de carreras de NASCAR, además del cinturón, los conductores usan casco, bolsas de aire”, agregó enfatizando que las máscaras agregan una capa adicional de protección.
Incluso sin una directiva de los CDC, ciudades como Los Ángeles y Filadelfia restablecieron el mandato de usar barbijo.
Monica Gandhi, médica de enfermedades infecciosas de UC San Francisco, sugirió vincular los mandatos para el uso de barbijo a la tasa de hospitalización local y, al igual que otros expertos, propuso menos de cinco hospitalizados por COVID-19 por cada 100.000 habitantes como umbral para reanudar la actividad normal.
Gandhi, Allen y otros argumentan que ello se podría aplicar a las escuelas cuando reabran en otoño, mientras que la Academia Estadounidense de Pediatría favorece el uso universal de mascarilla, incluso entre profesores y estudiantes vacunados.