El Gobierno de Estados Unidos extendió este martes por dos meses más la moratoria de desahucios que rige desde inicios de la pandemia y que expiró a finales de julio, con el riesgo de que cientos de miles de arrendatarios perdieran sus viviendas.
El presidente, Joe Biden, tomó la decisión presionado por el ala progresista del Partido Demócrata y en especial por la congresista Cori Bush, que llevaba días protestando en las escalinatas del Capitolio y que en el pasado fue víctima de tres desahucios.
Los demócratas en el Congreso y la Casa Blanca se habían culpado unos a otros de no haber podido extender la moratoria antes de que expirase, pero finalmente Biden optó por actuar por su cuenta.
En declaraciones a periodistas este martes, el presidente, sin embargo, alertó de que su acción ejecutiva puede que no tenga sustento legal, pero dijo que espera que sirva para “ganar algo de tiempo”.
La medida fue anunciada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), encargados de las medidas sanitarias durante la pandemia, que la justificaron por la posibilidad de que “los desalojos de inquilinos por no pagar el alquiler o la vivienda puedan ser perjudiciales para el control de salud pública para frenar la propagación” de la covid-19.
Los nuevos contagios en Estados Unidos se han disparado hasta el nivel más alto de todo el verano, con 72.000 casos al día, un 44 % más que en la anterior semana, según datos oficiales. Las hospitalizaciones también se han disparado hasta niveles previos a las vacunas.
Los CDC indicaron que la moratoria permitirá a las personas hacer cuarentena o aislarse si están enfermos o en riesgo de estarlo y da tiempo para que las ayudas al alquiler lleguen a los beneficiarios, así como que aumenten las tasas de vacunación.
EFE