El Barça encajó este miércoles su primera derrota de la pretemporada ante el mucho más rodado Red Bull Salzburgo austríaco (2-1) con un gol en la última jugada del partido.
Sorprendió de inicio el técnico neerlandés Ronald Koeman, bajo un manto de agua, con la vuelta a su sistema predilecto en la segunda mitad de la pasada campaña, el 5-3-2, con su compatriota Frenkie de Jong como eje de la zaga para dotar de criterio la salida de balón.
Sin embargo, fue el Salzburgo el que dominó la posesión en los primeros cinco minutos, hasta que los futbolistas azulgranas se acoplaron al dibujo.
La primera salida de balón exitosa, en el minuto 7, originó una gran ocasión del neerlandés Memphis Depay a pase de Jordi Alba, y el saque de esquina posterior lo remató el uruguayo Ronald Araújo cerca de la puerta.
La doble ocasión aplacó la energía de un agresivo Red Bull Salzburgo y acrecentó el dominio del Barça, aferrado a Sergio Busquets como brújula con y sin el balón, mientras Memphis Depay y el francés Antoine Griezmann se sorteaban los espacios en ataque y encabezaban la presión.
La intensidad del equipo austríaco volvió a trabar al Barcelona, como se vio en el minuto 24 en una ocasión clarísima de los locales. Jordi Alba, arrinconado de cara a su propia portería, quiso ceder el balón para el portero brasileño Neto, pero un atacante cortó el pase y la dejó al suizo Noah Okafor para que éste fallara a puerta vacía.
La próxima gran ocasión del partido estuvo en las botas de Depay, que en el minuto 34 hizo un reverso magistral en el vértice del área y, con poco ángulo, definió lamiendo el palo largo del portero germano Nico Mantl.
El error en la definición de Memphis Depay quedó opacado por otro fallo garrafal de Okafor, que erró de nuevo con el portero batido en el minuto 37.
Todo lo marrado por el delantero se olvidó de un plumazo con el gol de Luka Sucic. El croata, a solo tres minutos del descanso, empaló un balón con bote desde fuera del área y reventó la red de Neto gracias, también, a un pequeño desvío en la cadera de De Jong.
La reanudación no cambió el guion y Okafor, tras una gran presión con despiste incluido de De Jong, falló otra ocasión clarísima sin llegar a chutar, porque su indecisión dio tiempo a Araújo para cruzarse de manera milagrosa.
Mientras corría el tiempo, los delanteros del Barcelona no olían el balón y De Jong decidió dar un paso adelante, incrustándose en el centro del campo. Entretanto, Pablo Martón Gavira ‘Gavi’ y Nicolças González ‘Nico’ no conseguían imponer su ley en los interiores, alejados de los posibles receptores.
Koeman esperó a la hora de partido para hacer sus primeras sustituciones y, junto con ellas, recuperó el 4-3-3 alineando al danés Martin Braithwaite como nueve por primera vez esta pretemporada.
Otro de los que entró fue el joven Alejandro Balde, que demostró su desparpajo en el minuto 68 con un trallazo desde 25 metros que acertó a despejar el portero en el último momento.
El técnico azulgrana realizó nuevas modificaciones en el minuto 70, retirando a Gavi, que volvió a dejar buenas sensaciones en un escenario de partido mucho menos favorable.
El Barcelona apretó el acelerador en los últimos minutos de partido y encontró el premio en una acción de lo más afortunado. El estadounidense Sergiño Dest, en el minuto 82, chutó desde el borde del área, su disparo rebotó en un defensa primero y en la cadera de Braithwaite después, con la fortuna de que el rechace del danés encontró la puerta.
Tras el empate, el Salzburgo volvió a la carga y en el 90, en la última jugada del partido, Aaronson hizo el gol de la victoria al aprovechar un rechace del poste para delirio de los 29.520 espectadores que poblaron las gradas.
EFE.