En 2009, Lionel Messi y Antonela Roccuzzo formalizaron su relación. Pero todo indica que mucho antes había nacido una unión muy profunda entre ellos.
Por Clarín
El primer contacto entre Lio y Antonela fue cuando él tenía nueve años y ella ocho, en la casa de Lucas Scaglia, primo de Roccuzzo que era compañero de fútbol de Messi.
Poco tiempo después, Lucas invitó a Lio a pasar unos días del verano junto a toda su familia en Punta Mogotes, Mar del Plata. En el grupo estaba Antonela. Tal vez en ese viaje la confianza fue mayor.
Hubo más encuentros de chicos. Una de las leyendas es que Lio escribía cartas en las que se juraba que la conquistaría y que sería su novia.
Un tiempo después, en septiembre de 2000, él emigró a España. El club Barcelona aceptó pagarle el costoso tratamiento de crecimiento, que River había rechazado. Así comenzó su brillante ascenso hasta llegar a ocupar el lugar del mejor jugador del mundo.
Ella, por esos años, comenzó a estudiar comunicación social y después, odontología. Por otra parte, tuvo una corta relación con otro chico rosarino.
Un reencuentro inesperado
Muy jóvenes y con vidas totalmente distintas, cada uno siguió su camino. Hasta que un trágico hecho volvió a unirlos.
El 22 de mayo de 2005 una amiga de Antonela murió en un accidente de tránsito, cuando volvía a su casa a la salida de un boliche.
Antonela estaba muy triste. Lio casualmente se encontraba de vacaciones en Rosario y se acercó para acompañarla. Las personas más cercanas a ellos dicen que ese gesto generó una unión muy profunda entre ellos.
Para leer más, ingresa aquí