La tormenta Henri ha ido perdiendo fuerza a su lento paso por la costa noreste de EE.UU., pero seguirá causando estragos en las próximas horas mientras vuelve hacia el océano, con lluvias torrenciales, marejadas e incluso posibles tornados previstos al sur de la región de Nueva Inglaterra.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) esta madrugada degradó a Henri a la categoría de depresión tropical y para este lunes advertía de fuertes lluvias y riesgo de inundaciones en su ruta hacia el este, así como vientos máximos sostenidos de 30 millas (45 kilómetros) por hora y fuertes ráfagas.
Los avisos por inundación siguen activos en buena parte de la región y afectan sobre todo al este de Pensilvania, el sureste de Nueva York, Nueva Jersey, Long Island y algunas áreas de Nueva Inglaterra, que incluye los estados de Rhode Island, Maine, Massachusetts, Connecticut, Vermont y New Hampshire.
“Los restos de Henri de desplazarán por el sur de Nueva Inglaterra hoy, posiblemente produciendo nuevas inundaciones a causa de lluvias dispersas y tormentas eléctricas que irán acompañadas de aguas torrenciales. Además, no se descarta un breve tornado aislado”, indicó en Twitter la oficina del Servicio Nacional de Meteorología (NWS) en Boston.
La depresión tropical se mueve a 6 millas (9 kilómetros) por hora desde el noroeste de la ciudad de Nueva York y se espera que siga a ese ritmo antes de “acelerar esta noche”, mientras que la fuerza de sus vientos y ráfagas se mantendrá las “las próximas 48 horas”, indicó esa agencia en su última actualización.
Un portavoz del NWS, Sandy Delgado, indicó a los medios hispanos que “las lluvias siguen siendo la mayor amenaza” de Henri y por eso hay una gran parte de la región bajo vigilancia por inundaciones repentinas, así como avisos por tornado en algunos puntos del centro de Massachussetts.
“En las próximas 24 horas, continuará moviéndose hacia el este lentamente y para mañana ya estará cerca de la costa y alejándose de Estados Unidos, permitiendo que mejoren las condiciones meteorológicas”, agregó.
AYUDA DESPLEGADA
Henri sorteó ayer domingo las previsiones iniciales y tocó tierra en Rhode Island a mediodía, lo que supuso un alivio para el condado neoyorquino de Long Island, cuya área costera esperaba lo peor, especialmente en la barrera oceánica de Fire Island, que tiene playas protegidas.
Aún así, el fenómeno climático llegó a dejar ayer 140.000 hogares sin electricidad desde Nueva Jersey hasta Maine; calles inundadas y árboles caídos, además de más de un millar de vuelos cancelados en varios aeropuertos.
Si bien no hay que lamentar fallecidos, Henri ha provocado incidentes peligrosos y ha obligado a los servicios de emergencia a afanarse, por ejemplo en Newark (Nueva Jersey), donde 86 personas tuvieron que ser rescatadas este domingo después de que el agua sumergiera numerosos vehículos.
Y es que desde el sábado hasta esta mañana, la mayor acumulación de agua se ha registrado precisamente en Nueva Jersey, con más de 8 pulgadas (20 centímetros) en algunas localidades, seguida por Nueva York y Pensilvania. Este lunes, las mayores previsiones de lluvia se sitúan generalmente en entre una y tres pulgadas.
El Gobierno de EE.UU. declaró ayer el estado de emergencia en Nueva York, Connecticut, Rhode Island y Vermont, lo que autoriza a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) a proporcionar y coordinar labores de ayuda por desastre, incluyendo evacuación y refugio.
Un portavoz de esa agencia, Daniel Llargues, informó este lunes de que hay 1.000 empleados desplegados en el noroeste realizando trabajos de emergencia e identificando las necesidades de esos estados, por lo que instó a la cautela a la población.
“No ha pasado el peligro: aunque Henri tocó tierra ayer sigue dejando mucha agua y nos preocupan las inundaciones repentinas. También los apagones, tengan mucho cuidado con eso”, declaró en una rueda de prensa a medios. EFE