La policía ha detenido en la ciudad de Liévin (Francia) a una mujer de unos sesenta años acusada del robo de las joyas de un ataúd. Todo comenzó cuando unas personas en duelo vieron a una desconocida en la funeraria en la que velaban a una pariente suya. La mujer dijo que era amiga de la fallecida, por lo que los familiares dejaron que pasara y presentara sus respetos.
Por El Confidencial
Tal y como informa la BBC, el ataúd estaba en ese momento abierto. Aunque los parientes creían que la individua pretendía dar su último adiós a un ser querido, lo que pasó realmente dista bastante de la realidad. A su marcha, los familiares comprobaron que la fallecida había sido despojada de sus joyas: el anillo, el collar y los pendientes que llevaba puestos habían desaparecido.
Una vez dada la voz de alarma, la policía investigó el caso y no tardó en identificar a la sospechosa. Se trata de una mujer que vive cerca de la funeraria de Liévin y que supera la sesentena. Al detenerla, los policías vieron que las joyas desaparecidas estaban en su poder.
Un segundo hurto
Posteriormente, los agentes comprobaron que no se trataba de un suceso aislado, ya que pudieron relacionarla con el robo de la cartera del cadáver de un hombre, cuyos restos estaban en un ataúd en la citada funeraria. Este hurto tuvo lugar el mismo día que el primero.
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