El mensaje premonitorio de la youtuber que murió en el ataque suicida de Kabul

El mensaje premonitorio de la youtuber que murió en el ataque suicida de Kabul

Foto vía La Razón

 

Una de las 168 víctimas afganas del ataque suicida del aeropuerto de Kabul perpetrado por el Estado Islámico fue la joven Najma Sadeqi, una youtuber de 20 años que estudiaba periodismo. Najma era una alumna inquieta y con ganas de salir adelante. Recientemente había sido fichada para informar en el canal de noticias de YouTube Afghan Insider, muy seguido por los jóvenes del país, en los que hablaba de cocina, de la vida en Kabul, de sus amigos y de la música afgana.

Por La Razón





Najma, como miles de mujeres compatriotas, había crecido en una sociedad más tolerante y abierta que la del régimen talibán, instaurado en 1996 y derrocado con la invasión del país por parte de EEUU en 2001. Sin embargo, el destino no pudo ser más cruel con ella. Cuatro días después de que los talibanes conquistaran Kabul, Najma publicó un vídeo en su canal de YouTube (ya no está disponible para ver pese a que se volvió viral tras saberse que había muerto) en el que lanzaba un mensaje de despedida. “Como no se nos permite trabajar y salir de nuestras casas, todos tuvimos que grabar un último video”, dijo. “Y a través de este vídeo les digo adiós a todos”.

En pocos días su vida había cambiado. Najma recibía amenazas telefónicas a diario y mensajes de texto de hombres desconocidos que se oponían a que ella fuera un personaje público desde su atalaya de YouTube. El miedo fue cada vez mayor así que tomó la decisión de salir del país. “Fui a la única a la que le contó sus temores sobre su seguridad”, dijo Freshta, hermana mayor de la youtuber. “No quería compartirlo con la familia porque podrían impedirle trabajar con los medios”.

Pero a medida que los talibanes avanzaban rápidamente, capturando la mayor parte del país en cuestión de días y llegando a la capital a principios de este mes, Najma decidió unirse al éxodo, temiendo que la toma de la capital fuera el final de una carrera que apenas comenzaba. Así que el jueves 26 de agosto acudió a las inmediaciones del aeródromo donde cientos de soldados y personal diplomático extranjero gestionaba la salida de sus nacionales y de afganos. Previamente había recopilado los mensajes de texto amenazantes y los había llevado al aeropuerto, con la esperanza de que la ayudaran a convencer a los estadounidenses de que la subieran a un avión.

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