Vista aérea del río Paraná, cerca de la ciudad de Rosario, en Argentina.
Cuando un río se seca, la tragedia es visible. La desaparición de las aguas deja al descubierto un paisaje de tierra polvorienta, salpicado de pequeñas lagunas y nuevas islas. Así lo reseñó BBC Mundo.
Así es como se ven hoy grandes sectores del río Paraná, el segundo más largo de América del sur después del Amazonas, y que se encuentra en su nivel más bajo desde 1944.
El río de 4.880 km nace en el sureste de Brasil, atraviesa Paraguay y desemboca en el Río de la Plata en Argentina, y es clave para la industria comercial y la pesca, y además de fuente de agua dulce para 40 millones de personas.
Constituye además una de las vías fluviales más importantes para el transporte de granos, y su situación está obligando a muchos exportadores a considerar el uso de rutas terrestres.
Esta alternativa es menos sostenible que la vía fluvial: mientras que el transporte por camión produce 100 gramos de CO2 por cada tonelada por kilómetro transportado, en la vía fluvial son 20 gramos.
Además, el transporte por carretera es más costoso.
“El Paraná es el humedal socioproductivo más grande, con mayor biodiversidad e importante de Argentina”, le dijo a la agencia AFP el geólogo Carlos Ramonell.
Clic AQUÍ para seguir leyendo.