La entrada de la Unidad Educativa Manuel Rodríguez Vázquez, en la parroquia Santa Rosa de Valencia, es un portón descolorido, rayado de dibujos infantiles y cubierto de trozos de papel. Sus paredes conservan un tono amarillento, que denota una temporada larga sin ser pintada. Este colegio, a pesar de ser parte del 98% de las escuelas deterioradas en Carabobo, según las cifras de la Federación Venezolana de Maestros, se prepara para el reinicio escolar en el mes de octubre. Así lo reseñó El Carabobeño.
El frente de la U.E Manuel Rodríguez Vázquez al menos luce como un lugar apto para recibir niños; contrario a su patio, cuya maleza desborda más allá del techo, hasta sobresalir hacia los lados de la calle, a través de las rejas de sus laterales. La imagen se repite en el interior del plantel: depósitos llenos de monte, basura y escombros, que en vista de la ausencia de asistencia gubernamental, dependen de los pocos trabajadores de la escuela, para ser saneado.
Un grupo de trabajadores, que pidió no ser identificado, relató que los maestros hacen de tripas corazones para poder llevar adelante la escuela, pues hasta habrían tenido que pedir prestados obreros a las cuadrillas de limpieza de la Alcaldía de Valencia para contar el monte, siempre y cuando, las autoridades de la escuela les traigan almuerzo y refrigerio.
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