El vicerrector administrativo de la Universidad de Carabobo (UC), José Ángel Ferreira, aseguró que la falta de presupuesto no ha permitido realizar mantenimiento a los espacios físicos del campus universitario, por lo que considera que un posible regreso a clases presenciales en octubre sería cuesta arriba.
Por: Corresponsalía La Patilla
Este 2021 la UC solo ha recibido entre 8 y 10 por ciento del presupuesto, por lo cual no han podido realizar el mantenimiento de áreas verdes y los techos están deteriorados por las lluvias, además no pueden costear gastos en seguridad en el campus Bárbula.
“La falta de presupuesto hace que no podamos hacer mantenimiento a la universidad, hay un desborde de las áreas verdes, no hay iluminación, tenemos dificultades físicas elementales. Esperemos que eso se arregle si el Gobierno tiene la voluntad de volver medianamente a clases presenciales. Tenemos una voluntad para restablecer procesos de normalidad pero no hay condiciones laborales ni estructurales, y, eso afecta la calidad de educación. Lo que antes era muy sencillo de hacer se volvió ahora complejo porque no tenemos un centavo para atender cosas normales”, señaló Ferreira.
La falta de dinero para costear gastos de seguridad dan cuenta que el campus universitario sea objeto de robos. En 2021 al menos en seis oportunidades el hampa ha hecho de las suyas en la Facultad de Ciencias de la Salud.
Otro factor que aqueja a la comunidad universitaria es la irregularidad de los pagos de la nómina. El vicerrector administrativo aseguró que el pago por el Sistema Patria lleva dos meses sin honrar los pagos del personal administrativo, obrero y docente.
Ferreira afirmó con preocupación que la nómina es cancelada de manera neta y no bruta, lo que a su juicio es irregular, y viola los derechos laborales de toda la comunidad universitaria. Con esta acción se ven afectados unos 10.000 trabajadores.
Además indicó que 30% de los empleados y obreros han renunciado a sus puestos de trabajo, mientras que 20% de los profesores se vieron forzados a renunciar por la falta de salarios que estén acorde a su experiencia y a la realidad económica del país.