El mes de septiembre nos confronta de nuevo con un suceso que conmocionó y conmovió al mundo entero, se conmemoraron 20 años de un múltiple ataque terrorista en Estados Unidos por parte del grupo islámico Al Qaeda.
Ese día fueron trastocados los cimientos y el corazón de todo un país, un evento que desató una crisis en todos los ámbitos, en lo social, en lo moral y en lo económico, fue tan impactante, sorpresivo, catastrófico e histórico que estudiosos lo ubicaron como un caso tipo del fenómeno Cisne Negro.
La teoría del cisne negro o teoría de los sucesos del cisne negro es una metáfora que describe un suceso sorpresivo para el observador, de gran impacto socioeconómico y que, una vez pasado el hecho, se racionaliza por retrospección, haciendo que parezca predecible o explicable. Fue desarrollada por el doctor en Filosofía, ensayista, e investigador libanés Nassim Taleb.
Taleb expuso su teoría en un ensayo filosófico de cinco volúmenes sobre la incertidumbre, titulado Incierto, cubre los siguientes libros: Fooled by Randomness, The Black Swan, The Bed of Procrustes, Antifragile y Skin in the Game.
Para este articulista de The New York Times y quien además es miembro del Instituto de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York, existen ejemplos históricos de “cisnes negros”, entre los que destaca la Primera Guerra Mundial, la gripe de 1918 y los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El autor de la teoría objeto de nuestro análisis en el día de hoy, un evento Cisne Negro tiene tres componentes: Es atípico, de impacto extremo y que a pesar de su característica de atípico o extraño, después de su ocurrencia solemos inventar explicaciones en un intento de hacerlo predecible.
Para traer esta teoría a los negocios quiero citar el ejemplo la expansión de China, y como el gigante asiático se lanzó en la búsqueda de recursos y tecnología en el marco de su campaña “Salir fuera” de inicios del año 2000.
En el caso mexicano, el mercado fue inundado con productos chinos, muchos empresarios dedicados al ramo automotriz y textil, por ejemplo, sucumbieron ante este fenómeno para el cual no estaban preparados, sin embargo, otros, se sintieron competentes para enfrentar tal evento y sacar provecho de ello.
Cito un caso cercano, un amigo empresario del ramo de autopartes, tenía toda una trayectoria fabricando autopartes y contaba con una sólida red de distribución. Con la llegada de los productos chinos, nuestro empresario se dio cuenta que el costo de la materia prima para fabricar sus refacciones, estaban aún por encima del producto terminado chino. Y por más que intentara ser eficiente en la producción, por más que automatizara sus procesos, no lograba equipararse al bajo costo de los productos chinos. Y mientras muchos decidieron retirarse del mercado, este visionario empresario resolvió irse a China y montar su fábrica en aquel país.
Se dijo así mismo, si ellos lo pueden hacer yo también. Cuento a mi favor con algo muy valioso: los clientes y las líneas de distribución, con esa fortaleza y con esa visión enfrentó el fenómeno chino.
Así como él, muchos otros empresarios también salieron adelante, podemos citar el caso de la industria textil mexicana como ejemplo de resiliencia, mientras el mercado se inundaba con telares chinos, un grupo de empresarios textiles salieron adelante con su gran fortaleza, el tejido colorido, único y artesanal, hecho en México. Y mientras los chinos se expandían, los mexicanos se convirtieron en uno de sus principales competidores.
De ambos ejemplos, me propuse extraer tres grandes claves sobre lo que hicieron estos empresarios mexicanos para enfrentar a su Cisne Negro, y acá las comparto contigo:
Mantén tu atención en las señales. En ActionCOACH tenemos un principio que señala que tienes que mantenerte atento a las señales y estar preparado para el cambio.
Anticípate. Ten en cuenta que aquellos empresarios que se han entrenado y preparado para anticiparse a un evento como estos, siempre van a tener una ventaja competitiva. Y ¿Qué es anticiparse?, es estar siempre abierto y salir del presente para poder, basado en ciertas señales que te puede estar dando el mercado, la competencia, un amigo o algo que hayas leído, poder imaginarte en el futuro, visualizándote en posibles escenarios.
No le temas a romper paradigmas. Además de aprender a ver las señales y estar abierto a salir del presente y ver el futuro, es importante también estar dispuesto a romper paradigmas. Un paradigma es un pensamiento aceptado, un conjunto de reglas, un set de comportamientos que son aceptados sin cuestionamientos.
Pero se pueden cuestionar, muchos que han triunfado y han enfrentado a sus cisnes negros, lo han hecho cuando han dicho que si algo que es aceptado como dogma de fe, no lo es, que si hasta ahora la gente compra un producto porque es el único que le han mostrado, no por ello, no le comprarían a otro distinto.
Y gracias a que se han roto paradigmas tenemos en el mundo, muchos nuevos y mejores productos y muchos nuevos y mejores negocios.
Con estas tres claves estoy segura que un próximo “cisne negro” no te tomará por sorpresa y puedas estar preparado para enfrentar nuevos desafíos.