Flipper es quizá el delfín más famoso de todo el mundo. Desde su aparición en la televisión en la década de 1960, se ha convertido en una referencia cultural para grandes y chicos, incluso para quienes no alcanzaron a ver la serie original.
Por Infobae
Pero lo que pocos conocen es que detrás del carismático delfín que conquistó el corazón de todos y que para siempre asoció el nombre “Flipper” con los delfines del mundo entero, tuvo una suerte trágica que lo llevó al suicidio.
Así es, Flipper, la estrella de la televisión que en realidad se llamaba “Kathy”, terminó sus días en un pequeño tanque después de que se retiró del programa, sumido en la depresión y la enfermedad, al punto de obligarse a dejar de respirar y ahogarse.
Puede parecer extraño, pero así de excepcionales son los delfines, y esta es una historia contada por el propio entrenador de la criatura, Ric O’Barry, quien dice haber estado ahí cuando sucedió.
Según O’Barry Kathy, mejor conocido como Flipper, se suicidó nadando en sus brazos y conteniendo la respiración a propósito hasta que murió en el Miami Seaquiarium en 1968.
Él dice que cuando finalmente la soltó, ella simplemente se hundió hasta el fondo de su tanque, muerta.
Algunos creen que los delfines tienen la capacidad de suicidarse, ya que ha habido numerosos casos reportados. Según O’Barry, su muerte fue definitivamente un acto intencional para quitarse la vida.
La experiencia fue tan traumática para O’Barry que decidió hacer un cambio en su vida y dejó de enfocarse en entrenar a los delfines cómo realizar trucos y empezó a centrarse en el bienestar de los animales. También crearía The Dolphin Project, una organización que lucha por la liberación de los animales en cautiverio.
“El suicidio fue lo que me cambió”, dijo O’Barry, un ex buzo de la Marina de los EE. UU., a la revista Time en 2010.
“La industria (del entretenimiento animal) no quiere que la gente piense que los delfines son capaces de suicidarse, pero estos son criaturas conscientes de sí mismas con un cerebro más grande que el cerebro humano. Si la vida se vuelve tan insoportable, simplemente no toman el próximo aliento. Es un suicidio”, agregó.
Kathy no era era el único delfín que interpretaba a “Flipper”, habían otros cuatro más, como es costumbre con los programas donde se presentan animales. Sin embargo todos tenían una particularidad, eran hembras y habían sido capturados en la naturaleza.
Se eligieron delfines hembras porque eran menos agresivos y era más probable que tuvieran una carne inmaculada que se vería mejor en la televisión.
Durante el rodaje de Flipper sólo se usó un delfín macho, de nombre Clown, que grababa el famoso truco de “caminar sobre la cola”, ya que las estrellas femeninas no podían dominar el truco.
Siguiendo el mismo estilo que “Lassie” (cuya protagonista era un perro), el programa fue un éxito y Kathy, junto con sus coprotagonistas Susie, Patty, Scotty y Squirt, se convirtieron en caras famosas en NBC, incluso siendo transmitidas detrás del Telón de Acero en la Unión Soviética.
El programa cuenta la historia del Flipper, un delfín que vive en Florida con la familia Ricks mientras se adentran en todo tipo de aventuras acuáticas. La serie fue tan exitosa que hasta surgió una película del mismo nombre lanzada en 1963.
Pero después de todo ese torbellino de fama y glamour, la serie fue cancelada en 1967 y todo terminó. Los delfines fueron retirados a una vida en total cautiverio, con O’Barry a mano en caso de que fueran necesarios para otros espectáculos.
“Sabía que estaba cansada de sufrir”, dijo O’Barry al Huffpost en 2010. “Ella estaba viviendo una vida miserable y estaba cansada de ser miserable”.
Él se siente responsable de la muerte de Kathy, pues él mismo la capturó en la naturaleza.
En ese tiempo O’Barry tenía su casa en la playa más utilizada para filmar Flipper y trabajaba en el Seaquarium; era su trabajo averiguar cómo conseguir que los delfines siguieran el guión.
“Me daban el guión y decía que Flipper hacía esto, y yo tendría que encontrar una manera de conseguir que ella lo hiciera”, dijo en 2017.
Pero todo eso terminó con la muerte de Kathy, un verdadero punto de inflexión en su vida. “Me miró directamente a los ojos, respiró hondo y contuvo la respiración. Simplemente se hundió hasta el fondo del agua. Eso tuvo un efecto profundo en mí. Así que al día siguiente comencé una campaña para detener la captura de delfines. Fue la muerte de Flipper lo que me hizo darme cuenta de que los delfines no deberían estar en cautiverio”, contó el entrenador.
Que los delfines sean capaces de suicidarse de la manera en que los humanos entendemos el suicidio, es algo que divide a los científicos, que todavía no dictaminan si la excepcional capacidad mentar de estas criaturas les permite ta cosa.
Sin embargo, es sabido que los animales con altos niveles de estrés y angustia se involucran en comportamientos autodestructivos que pueden resultar fatales.
Tal es el caso de la ballena Hugo, que se golpeó la cabeza contra su tanque con tanta frecuencia que sufrió un aneurisma cerebral. Y también estaba el caso de Peter, el delfín, que se dice que se quitó la vida también al contener la respiración después de ser separado de su entrenador.
Recientemente un video de la orca Kiska golpeándose contra la pared de su estánque en clara muestra de malestar se hizo viral por redes sociales.
De acuerdo con un artículo publicado por Lori Marino, neurocientífica del comportamiento experta en delfines y fundadora de The Kimmela Center for Animal Advocacy, los delfines sí pueden quitarse la vida.
Ella escribe que sus cerebros tienen “una capacidad sofisticada para la emoción y los tipos de procesos de pensamiento que estarían involucrados en estados motivacionales complejos, como los que acompañan a los pensamientos suicidas”.
Pero hay otros científicos como la Dra. Ann Weaver que la idea del “suicidio” es una cualidad exclusivamente humana. Otros animales “están diseñados para seguir adelante”.
Suicidio o no lo cierto es que Kahty murió, lejos de los flashes, las cámaras de cine y televisión, sola en un estanque pequeño y atrapada en cautiverio. Un final triste y trágico para un delfín que le dió vida al personaje más icónico de toda su especie.