El Gobierno de Estados Unidos aplaudió este sábado la decisión dePekín de liberar a los canadienses Michael Spavor y Michael Kovrig, detenidos según Washington de manera “arbitraria” en China desde diciembre de 2018 en represalia por el arresto en Canadá de Meng Wanzhou, la directora financiera de Huawei.
Así se expresó el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, en un comunicado emitido tras conocerse la liberación de los dos canadienses.
“El Gobierno de EEUU se une a la comunidad internacional al dar la bienvenida a la decisión de las autoridades de la República Popular China de liberar a los ciudadanos canadienses Michael Spavor y Michael Kovrig tras más de dos años y medio de detención arbitraria”, señaló Blinken en un breve comunicado.
“Estamos satisfechos de que estén de regreso a casa en Canadá”, agregó.
La liberación de los “dos Michael”, que habían sido condenados por espionaje en China, se produce pocas horas después de que Meng quedase en libertad en Canadá tras llegar a un acuerdo con el Gobierno estadounidense, que la acusaba de fraude bancario para evadir las sanciones impuestas contra Irán por Washington.
Prácticamente al mismo tiempo que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, revelaba la liberación de Spavor, un empresario especializado en el comercio con Corea del Norte, y Kovrig, un diplomático en excedencia, la radiotelevisión pública canadiense informó de que Meng había abandonado el país en un avión privado.
Meng, que estaba en libertad bajo fianza en Vancouver desde diciembre de 2018 y vivía con su familia en una de las dos mansiones que posee en la ciudad canadiense, había quedado en libertad este viernes después de que el Tribunal Supremo de Columbia Británica (Canadá) firmase la orden para terminar el proceso que presidía.
Previamente, Meng y Huawei habían llegado a un acuerdo de enjuiciamiento diferido con el Departamento de Justicia de EEUU, lo que suspendió de forma automática el proceso de extradición iniciado en Canadá en 2018.
La liberación de Meng, Spavor y Kovrig pone punto y final a una de las crisis diplomáticas más graves en la historia de las relaciones entre Canadá y China. EFE