Personas con discapacidad y adultos mayores denunciaron que no tienen prioridad para recibir las dosis de las vacunas contra el coronavirus.
Corresponsalía lapatilla
Durante este martes 28 de septiembre, cuando en el centro piloto de vacunación de San Cristóbal inició la jornada de la segunda dosis de la inoculación rusa, las personas con discapacidad y adultos con diversas patologías estaban sin distanciamiento dentro de las inmensas colas, sin la esperanza de ser tomados como prioridad para avanzar sin contratiempos.
Carmen Fernández, sentada en un banquito de plástico, expresó que ella siendo paciente operada de cateterismo y con discapacidad de artritis severa, no podía permanecer mucho tiempo de pie.
“Me siento muy débil y no me pasan“, exteriorizó tras más de dos horas de espera en medio de una aglomeración.
Petra León, adulta mayor con diabetes e hipertensión, acudió caminado desde horas de la madrugada a recibir la segunda dosis de la vacuna, por ello a media mañana ya no aguantaba el dolor en sus piernas.
Las población más vulnerable sugiere a las autoridades competentes en materia de salud que se habiliten más centros pilotos donde haya suficiente espacio para guardar el distanciamiento social, o que se realicen jornadas especiales para personas con discapacidad, ya que por tratarse de una población inmunológicamente más débil corren mayor riesgo de contraer el virus.
Roger Marichales sugirió que este tipo de jornadas masivas sean desarrolladas en sitios más abiertos como la Plaza de Toros de San Cristóbal, en donde las personas pueden guardar su distancia.