En 2011, la ciudad de Nizhni Nóvgorod, en Rusia, se sumía en el terror y la incertidumbre por el constante profanamiento de tumbas en los cementerios locales.
Por El Tiempo
Por lo general se saqueaban las tumbas de niñas que tenían entre 3 y 15 años en el momento de su deceso. Estos cadáveres podían datar de principios de siglo e incluso de finales de 2010.
Las autoridades intentaban hallar a los responsables del hecho, pero no encontraban indicios o patrones que dieran con alguna ruta de seguimiento para capturar a los ‘profanadores’. Sin muchas opciones en aquel ‘laberinto’ recurrieron a expertos en temas necrofílicos y de santería.
Se temía que, quizá, los cuerpos de las pequeñas fueran utilizados para asuntos demoníacos.
Uno de los expertos que querían consultar las autoridades era Anatoly Moskvin, historiador de la Universidad de Moscú y especializado en la cultura Celta. Él había participado en algunas investigaciones en los cementerios locales para un estudio antropológico con el fin de datear las causas de muerte de las personas enterradas en Nizhni Nóvgorod.
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