El último informe publicado por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) sección Mérida, hecho entre enero y junio de 2021, informa un aumento del 100% de los robos y hurtos en el estado Mérida respecto al año pasado.
Por: Corresponsalía LaPatilla.com
Según este informe difundido en septiembre, en el primer semestre de 2020 ocurrieron 11 robos, mientras que en el mismo lapso de 2021 se consumaron 22.
Estas cifras fueron recolectadas por el OVV a través de expertos, medios de comunicación y redes sociales.
Sobre esto, la propia población merideña ha coincidido con el aumento de casos expuesto por el OVV. Carlos Moreno, trabajador de la Gobernación del estado y profesor universitario de la ULA, fue víctima hace unas semanas del hurto de su celular en una unidad de transporte de la ciudad de Mérida.
Moreno dice estar seguro que no solo su caso se suma a la lista de los delincuentes, sino que ya ha escuchado de otros casos de ciudadanos que también han sido violentados.
“Este robo me afecta muchísimo porque como profesor universitario una de mis principales herramientas de trabajo es el teléfono móvil. Allí guardo mucha información y lo uso para comunicarme. Ahora, para comprarme uno útil para mis tareas será difícil porque es muy caro y mis bajos sueldos no alcanzan para eso”, protestó.
Algunas de las razones que el Observatorio considera influyen para que estos actos se propicien, están vinculados con los altos índices de pobreza que afectan al país a causa de la crisis compleja, además de la falta de políticas públicas necesarias para controlar la delincuencia por parte del Estado.
Renato Rondón, comerciante en el centro de Mérida, comenta haber sido testigo de múltiples robos desde su puesto de trabajo.
Afirma que en los últimos meses ha visto cómo la delincuencia ha hecho de las suyas sin vigilancia alguna de los cuerpos de seguridad. Para Rondón, el aumento de los “carteristas” es el mayor problema.
Por otro lado, el OVV señala que a pesar de no aparecer en los registros del informe, no solo los robos a personas se han elevado, sino por igual los cometidos a instituciones e infraestructuras, como los sufridos por la Universidad de Los Andes y las demás universidades autónomas del país.