Economía de supervivencia: El “todo a un dólar” del comercio informal se convirtió en la salvación de los zulianos

Economía de supervivencia: El “todo a un dólar” del comercio informal se convirtió en la salvación de los zulianos

Corresponsalía LaPatilla.com

 

 

 

En mercados y calles de Maracaibo los vendedores promocionan ofertas de comidas y alimentos con combos a un dólar para atraer la atención de los consumidores. Y es que para mitigar los efectos de la crisis económica, muchos de quienes decidieron quedarse en el país se las han ingeniado para sobrellevar la situación tras el cierre de empresas y el aumento del desempleo.

Por: Corresponsalía LaPatilla.com

Ante el éxodo masivo que se produjo en Venezuela desde 2016 debido a los problemas económicos, la inseguridad y la decadencia en la calidad de vida, muchos han sido los intentos de los venezolanos por sobrevivir en un país que atraviesa por una crisis humanitaria compleja y con sueldos oficiales por debajo de 2 dólares.

En la región zuliana, los comerciantes consultados por LaPatilla aseguran que la promoción de combos por un dólar es una forma de atraer clientes y subsistir en la compleja economía venezolana. En los mercados y calles principales de Maracaibo y San Francisco se observan kioscos de comida donde venden varios pasteles, empanadas, hamburguesas o perros calientes por un dólar o “dolita”, como se le dice a la divisa en el argot marabino.

En el centro de Maracaibo abundan las ofertas de comidas por un dólar y la competencia es fuerte, porque son diversas las opciones de la gastronomía típica de la zona. En el recorrido realizado por la ciudad, la propuesta más atractiva y demandada fue de 12 empanadas por un dólar y 4 bollitos pelones por el mismo precio.

Pero hay para todos los gustos: el combo de dos arepas rellenas de carne mechada, salsa, vegetales y una bebida, o también el de dos hamburguesas, o panes con huevo y salchichas, cada uno por un dólar. Las ofertas de “todo por un dólar” también se observan en golosinas, porciones de tortas, cigarrillos, bisutería, ropa interior y hasta en medicamentos.

La fórmula es brindar alternativas atractivas para los clientes. “El truco está en el volumen de lo que ofertan”, explica Rixio Rodríguez, un vendedor de pasteles y mandocas. “La gente come con la vista. Si le ofreces 12 pasteles, ya le vas ganando al que ofrece 10 pasteles. Hay hambre y la gente le compra a quien le dé más, aunque la calidad no sea la mejor”, agrega.

Efectos de la pandemia

Según el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), hay una “estampida” hacia el comercio informal, pues además de la ausencia de créditos, la pandemia afectó al 30% de los negocios en sus ventas ante la imposibilidad de abrir sus puertas a diario, porque deben cumplir con la modalidad 7×7 (7 días abiertos y 7 días cerrados) que se implementó en el país desde hace más de un año.

 

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María Díaz tiene un negocio de venta de pasteles y refrescos, y es uno de los miles de comercios que forman parte del sector informal en el Zulia que se ha aferrado al valor de la divisa como una forma de atraer clientes para poder mantenerse en pie.

Díaz ofrece seis pasteles y un refresco de 350 ml por un dólar. Si el pago es por punto de venta, cobra el bolívar digital a la tasa del mercado paralelo. Es usual que los vendedores redondeen a 5 bolívares digitales el costo de un dólar. “No trabajo para perder, porque el régimen aquí es una caja de sorpresa y se dispara el valor del dólar en un abrir y cerrar de ojos”, advierte la comerciante.

Los consumidores prefieren cantidad en vez de calidad. Entonces, los vendedores buscan la manera de ofrecer a los comensales alternativas provocativas. “En mi caso son 6 pasteles de carne, pollo, puré de papá, pizza, más una bebida por un dólar. Con ese combo comen dos personas. En esta crisis solo queda el ingenio para subsistir. Los tiempos de calidad pasaron ahora a comer por necesidad y calmar el hambre”, dijo una vendedora.

En el casco central conseguimos un local que vende “fritangas”. Los días buenos en ventas elaboran 3.000 piezas, en un local donde hay 13 empleados.

Su dueño asegura que obtiene ganancias por el orden del 10% al 15%, lo que cataloga como insuficiente, porque trabaja desde las 4:00 de la mañana hasta las 9:00 o 10:00 de la noche.

Sin embargo, este emprendedor aclara que percibe más que muchos comerciantes, ya que puede cubrir las necesidades básicas de su familia y proveer de empleo a 13 personas que a su vez sustentan a sus hogares. Comenta que les paga como sueldo 20 dólares o 25 dólares semanales a sus empleados, les obsequia el desayuno y el almuerzo, y también les da el preciado bolívar en efectivo para los pasajes.

De profesional a informal

En Maracaibo es muy común que personas de clase media, por lo general, profesionales se hayan visto en la necesidad de desempeñarse en el sector comercial, pues lo consideran más lucrativo, con menos desgaste y mayor ganancia.

Tania -así pidió que la identificáramos- es médico egresada de la Universidad del Zulia. En mayo de este año, dejó su trabajo en un hospital de la ciudad, porque su sueldo no llegaba ni a 10 dólares mensuales. Eso más el temor al contagio por COVID19 al no contar con los implementos para protegerse, fueron las causas de su renuncia.

La doctora pidió ayuda a un familiar en el exterior, que le dio 300 dólares, y desde su casa ubicada al norte de Maracaibo, empezó a vender combos para preparar perros calientes y hamburguesas con servicio de delivery. Afirma que se redondea cerca de 150 dólares al mes.

“No pago impuestos ni patente de comercio ni nada de eso. Lo lamento porque sé que como ciudadanos debemos hacerlo, pero al mismo tiempo pienso que el Estado no hace nada por mí, cuando no me suministra agua ni recogen la basura, tampoco me llega gas y la luz la racionan 6 horas al día”, argumenta Tania.

Elvis Castellano es sociólogo y asegura que los venezolanos están dentro de una sub economía. “Ahora la gente hace cosas para subsistir: vende su ropa, electrodomésticos, enseres; otros ciudadanos prestan servicios de limpieza o cualquier otro oficio que les permita percibir dinero para la alimentación”, acota Castellano.

 

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Ganancias por volumen

Para el economista Edison Morales, director ejecutivo de Fedecámaras en el estado Zulia, los pequeños y medianos empresarios han hecho una adaptación en su manera de trabajar. Ahora son nuevos emprendedores cuyo objetivo es llegar a los segmentos más bajos, los que tienen menor poder adquisitivo, con las ventas de combos de comida servida a un dólar. Estiman que la actividad informal en el Zulia abarca al 50% del sector comercial.

Según Morales, la filosofía aplicada por el emprendedor es ganar-ganar: el cliente está satisfecho por el precio y lo que consume, y el comerciante gana por volumen de ventas. Morales estima que la ganancia de los comercios de comida a un dólar oscila entre el 10% y 15%.

El economista destacó que una de las razones para la migración al comercio informal es evadir impuestos, lo que incluye al aseo urbano, gas doméstico, impuestos por publicidad, inmobiliario, entre otros. En la actualidad, los pequeños y medianos empresarios no pueden cubrir estos aranceles, no es rentable para su negocio. “Las ventas son muy bajas, la economía está destruida por las pésimas políticas del régimen y la corrupción galopante nos arropa”.

Así mismo explica que la figura de estos impuestos diseñados por el Sedemat, en el caso de Maracaibo, se debe a la eliminación por parte del régimen del situado constitucional que corresponde a los municipios, lo que obliga a las alcaldías a buscar recursos a través de los tributos. A juicio del representante de Fedecámaras, esto ocasiona un efecto adverso en los negocios debido a la destrucción de la economía.

El diputado zuliano José Sánchez señala que la ciencia económica tiene su propia dinámica, a pesar de que el modelo socialista instaurado por el régimen chavista busque la manera de controlar a la economía.

“Los ciudadanos, empresarios y emprendedores buscan zafar la economía de las garras corruptas del régimen y amoldarla a un ritmo idóneo y rentable. Es lo que procura la mayoría de los venezolanos al reinventarse con ideas más innovadoras y rentables para sus bolsillos. Por ello la proliferación en el Zulia de ofertas de comida por un dólar. Es cruel decirlo, pero la única y principal preocupación del zuliano es satisfacer una necesidad básica como la alimentación”, resalta Sánchez.

El parlamentario destacó que la Asamblea Nacional siempre estuvo vigilante de la economía venezolana y haciendo las recomendaciones respectivas al Ejecutivo Nacional, pero hicieron caso omiso. Advierte que Venezuela está prácticamente dolarizada, el bolívar está ausente de las transacciones y no es fuerte ni digital como el gobierno lo quiere vender.

“La mayoría de los comerciantes y empresarios hacen sus operaciones en divisas. Incluso, algunos establecimientos colocan los precios de sus productos en dólares, otros los ofertan en ‘combo’ con el fin de atraer a los clientes y, por ende, obtener la moneda internacional. El ‘Todo a dólar’ sustituyó lo que antes en Venezuela era conocido como ´Todo a mil´”, recordó el diputado.

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