Entre casas y calles inundadas, enfermedades de la piel, escombros y la falta de gobierno, viven los habitantes del sur de Maracay, quienes desde hace 15 años esperan que se ejecuten las sentencias 1632 y 1752 del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en las que se ordena el desalojo y reubicación de los residentes.
Por Glenn Requena / La Patilla
Al menos 350 familias aún quedan por reubicar en el sector. Deben hacer malabares para poder salir de sus viviendas, ya que la mayoría de las avenidas están repletas de agua y las bombas de achique no trabajan lo suficiente.
Hugo Jiménez, vecino de Mata Redonda, indicó que tras las anegaciones del año pasado varios vecinos perdieron sus hogares y vehículos. Y ahora con las recientes lluvias de las últimas semanas, deben dormir en los techos como medida de seguridad. “La mayoría no pueden salir, tienen que usar botas porque es la única manera. Hay animales en las aguas. No es un cuento”, expresó Jiménez.
Los residentes coincidieron en que la Asamblea Nacional del 2015 trabaja en pro del urbanismo, muchos de los ciudadanos tienen sus esperanzas en Juan Guaidó, además que han hecho todas las diligencias competentes para salir de esta situación que acarrean desde hace años.
“En nuestra desesperación tuvimos la idea de pedirle ayuda al Banco Interamericano de Desarrollo y la AN hizo una actividad con los ciudadanos hace seis meses y se le solicitó a Guaidó recursos, ayuda humanitaria. Estamos esperando, pero ya no podemos esperar más”, manifestó Yelitza González.
Agregó que desde hace 15 años no se le respeta los derechos humanos a los afectados, han fallecido personas y ningún ente gubernamental ha tomado cartas en el asunto.
Por otra parte, la comunidad denunció que hace días fueron víctimas de presuntos policías, fueron a verificar si la bomba de achique estaba encendida y varios uniformados no les permitieron estar en la zona y les lanzaron disparos al aire para que no estuvieran en la zona.