Si alguna vez has viajado a Japón, o si has visitado el negocio o la casa de un amigo japonés, seguramente te has maravillado por su esmero al servirte, por su enfoque en los detalles, por siempre dar lo mejor de sí, y es precisamente en esa cultura que quiero poner el foco en esta reflexión, y hablar de la filosofía japonesa basada en la perseverancia y el esfuerzo, conocida como Ganbarimasu, palabra que deriva del verbo Ganbaru.
Algunas traducciones del kanji de Ganbaru podrían ser: esforzarse, no desfallecer ante las dificultades, superarse uno mismo y no rendirse.
Ganbarimasu es pues «hacerlo lo mejor posible». Está en el origen de la expresión ganbatte kudasai, que significa «sé firme hasta conseguir lo que te propones». La filosofía del Ganbarimasu enseña a no parar nunca hasta que un objetivo se haya conseguido.
Desde niños, los habitantes de Japón son educados en esta cultura del esfuerzo, aprenden a no desistir frente a las adversidades, a terminar aquello que han empezado, a esforzarse al máximo para llegar a la meta deseada. De allí que el verbo Ganbaru esta enraizado en la sociedad japonesa, y no solo representa el esfuerzo y el tesón propio, sino además es compromiso colectivo.
Ahora, imagina que esta misma cultura del esfuerzo se enseñara en los hogares y en las escuelas del occidente del mundo, o que la pudieras hacer parte de la filosofía de tu negocio, sería maravilloso, ¿cierto?
La palabra Ganbaru cobró especial fuerza y sentido en el Japón de la posguerra, luego de la devastación que dejó la Segunda Guerra Mundial.
Hablamos de un país que se rindió ante el mundo y cuya economía quedó devastada, el solo hecho de pensar en la recuperación de esa nación, era algo impensable para algunos. Sin embargo, los japoneses lograron levantarse y resurgir, y en tan solo dos décadas se convirtieron en la segunda potencia mundial solo por detrás de Estados Unidos.
Un renacimiento que no hubiera sido posible sin el compromiso, el tesón y el esfuerzo del pueblo japonés, para el cual, saber conjugar el verbo Ganbaru fue determinante en la reconstrucción del país asiático.
¿Cuáles son esos valores y lecciones que podemos extraer del Ganbarimasu y de la cultura del esfuerzo, y cómo podemos asumirlos como filosofía para el crecimiento personal y profesional e incluso como valores para el negocio?
Cree en el poder de la paciencia y la perseverancia. La reconstrucción de Japón se logró gracias a miles de horas de trabajo, en todas las áreas, de millones de profesionales que nunca abandonaron un sueño compartido hasta que lo cumplieron.
El propósito es el motor de todo. Algo muy curioso que encontré al explorar sobre el Ganbarimasu es una analogía entre los valores que se manejan entre el anime japonés y el cómic norteamericano, que nos pone en el justo contexto de como asiáticos y occidentales forman a sus ciudadanos desde niños.
En los anime el protagonista suele tener una infancia ruda y bastantes defectos, pero se alza gracias a un propósito o un objetivo en la vida. El valor de este protagonista está en su sabiduría que lo lleva a convertirse en un héroe de su propósito, sin embargo, si analizas el típico cómic norteamericano, el héroe o heroína suele tener poderes innatos y su motor, generalmente, es la sed de justicia, más que la paciencia o la perseverancia.
Lo que hagas, hazlo lo mejor posible. No pares, nunca, hasta alcanzar tu objetivo. Si conoces tu destino, no permitas que nadie, ni nada, te desvié, ni te distraiga. Puedes trazarte objetivos sencillos, porque recuerda que, es la insistencia por conseguirlos lo que te llevará a realizar grandes logros personales.
Practica y practica. Todos mejoramos a través de la práctica consciente y con propósito. Haz un plan de entrenamiento en cualquier área, establécete metas para monitorizar el avance y enfócate en lo que haces. Ten en cuenta que la práctica hace al maestro, así que a partir de este momento, trázate la meta de planearte hasta llegar a la maestría.
Así lo determinó el propio Aristóteles al señalar: «Somos lo que hacemos repetidamente».
En ActionCOACH tenemos un punto de cultura que refiere precisamente a esta cultura del esfuerzo, y es la excelencia, en donde lo bueno nunca es suficiente, un valor que te inspira siempre a entregar productos y brindar servicios de excepcional calidad.
Un negocio que opera bajo el valor de la excelencia es aquel que desarrolla toda una cultura de atención a los detalles, que verifica, revisa, practica y corrige hasta alcanzar la perfección. En otras palabras, que se maneja bajo la filosofía del Ganbamarisu.
Hablamos de un estilo de vida que te compromete a dar lo mejor de ti y a no procrastinar, a alcanzar los objetivos, a esmerarte en los detalles y a cumplir las metas, pero lo que me resulta más fascinante de esta filosofía es que, tal como sucedió en Japón, puede convertirse en fuente de inspiración colectiva al punto de hacer resurgir y llevar a la excelencia a toda una nación