BOGOTÁ.- “Son muy jovencitos, no queremos verlos mañana tirados en la orilla de la carretera”. Eso se le oye decir en un video a un comerciante del municipio de Tibú, en el este nordeste colombiano, en la frontera con Venezuela. Él y sus vecinos de la zona tienen a dos presuntos ladrones de origen venezolano retenidos, acorralados, con las manos atadas. Los grabaron antes de entregarlos a las autoridades.
“Bajo nuestra responsabilidad están”, añade el mismo comerciante en el video.
La policía, le dijo uno de los comerciantes a BBC Mundo, “no contestó el teléfono en 12 veces que los llamamos”.
En vez de los agentes -revelan otros videos del incidente- llegaron dos hombres armados que forcejearon con los comerciantes, encañonaron a los dos jóvenes, los cargaron en sus motos y se los llevaron.
Horas después, los dos jóvenes venezolanos fueron encontrados muertos, con disparos en la cabeza, tirados en una ruta, con cartones colgados que decían “por ladrón”.
El caso generó conmoción en ambos países. El gobierno de Bogotá pidió contundencia a las autoridades en “la guerra contra el narcoterrorismo” y desde Caracas anunciaron denuncias a Colombia en cortes internacionales. Tanto la ONU como organizaciones de derechos humanos condenaron lo sucedido.