Un FC Barcelona – Real Madrid no suele obedecer a normas ni rachas. Es casi un reinicio, pero las apuestas sobre el papel se tornan ligeramente blancas.
DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO // 20 MINUTOS
Y es que el club culé no está en su mejor momento. Aunque parece apagado el fuego en torno a Koeman, el resultado ante el Dinamo de Kiev fue la mejor noticia de un equipo que sigue sin mostrar todo su potencial. Ilusionar a la hinchada blaugrana ante un duelo de máxima rivalidad se convirtió en un objetivo clave, y que sea Piqué el autor del gol es más síntoma de una dolencia mayor que vacuna ante ella.
No es casual que apenas unas horas después de la primera victoria en esta edición de la Champions se anunciase una noticia sobre la que Laporta llevaba trabajando ya semanas: la renovación de Ansu Fati. El delantero sobre el que quieren pivotar su proyecto ha firmado por cinco temporadas con una cláusula imposible de 1.000 millones.
¿Serán suficientes las dos últimas victorias y la continuidad del ídolo culé para ilusionar a los fans? El Clásico puede suponer también una suerte de plebiscito a Koeman y, si el resultado es una derrota con mala imagen, al propio presidente. De hecho, ni siquiera todos se atreven a contar con un lleno en el Camp Nou.
Confianza no le falta al técnico: preguntado sobre si este Barça podía ganar el domingo, respondió con un elocuente “Sí, ¿por qué no?”.
La ilusión blanca se llama Vinicius
Después de aguantar durante tiempo ser objeto de memes y burlas por su falta de puntería, Vinícius se ha hecho un hueco por méritos propios en la lista de protagonistas para el Clásico. El brasileño ha encontrado en Benzema a su mejor socio, y a falta de Mbappé, más que ilusionante es un jugador que ha crecido exponencialmente a las puertas de este partido.
La goleada sobre el Shakhtar acalló las críticas a un equipo que antes del parón había perdido con el Sheriff y con el Espanyol. No eran los mejores preludios, pero el descanso obligado les vino bien. El mayor problema lo tendrá Ancelotti en ese centro del campo que, en sus palabras, merece mucho más mérito. El trío Casemiro – Kroos – Modric puede verse roto si el brasileño no se recupera de las molestias con las que acabo el encuentro de Champions. Si hay que forzar en un encuentro, lo hará en este.
Tanto para uno como para otro, este Clásico sin Messi ni Ramos, puede suponer un antes y un después. Para el Barcelona, salir de uno de sus peores baches anímicos; para el Madrid, un golpe de moral casi definitivo y el refrendo al proyecto de Ancelotti. A estas alturas de temporada no se puede hablar de final, pero sí puede ser determinante para el devenir de lo que resta de año.