Salió del aula como si nada hubiese pasado. Sin mostrar ni el más mínimo atisbo de remordimiento bajó la escalera y, cubierta de sangre, caminó por los largos pasillos del colegio.
Por Clarín
Al fin había podido concretar su plan, ese que había delineado hasta el detalle durante la última semana.
Atrás, en la sala vacía, había quedado su amiga Satomi. Estaba tirada en el piso. Agonizaba en silencio. Ella misma le había cortado la garganta y las dos muñecas.
Es que la había llamado “gorda” y “pretenciosa” adelante de todos. En Internet. Y eso no se perdona. O al menos ella, Natsumi Tsuji, no lo perdonaba.
El caso de Nevada-Tam -como se la conoció, luego veremos por qué- sacudió a Japón. Dejó al descubierto el lado más oscuro de la normalidad de la Web. Una niña de 11 años masacró a su mejor amiga por un mensaje online.
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