Por segunda vez en lo que va de la temporada, el cuerpo de lanzadores de los Cardenales de Lara hizo de las suyas frente a la toletería de los Tiburones de La Guaira, para someterlos este miércoles con pizarra de 5-1 en el Estadio Universitario de Caracas y así ponerle punto final a una cadena de tres lauros seguidos que traían los escualos.
Por Andrés Espinoza Anchieta
La tropa crepuscular, que blanqueó a los litoralenses en el primer careo entre ambos el pasado 26 de octubre, contó nuevamente con un pitcheo hermético, liderado por el veterano iniciador Raúl Rivero (2-0), quien se apuntó la victoria y detuvo una cadena de tres descalabros de su equipo. El derecho trabajó por espacio de cinco episodios, con tres hits y una carrera permitida, al mismo tiempo en que regaló cuatro pasaportes y ponchó a la misma cantidad de rivales.
El gran desempeño del dos veces ganador del premio Pitcher del Año fue seguido por relevos impecables de Jackson Stephens, Argenis Angulo y Shane Greene. El trío de serpentineros se combinó para laborar los últimos cuatro capítulos, con apenas dos incogibles tolerados y siete recetados.
Mientras tanto, del lado ofensivo, Cardenales comenzó a hacer daño desde el mismo primer acto, gracias a un elevado de sacrificio del designado Carlos Rivero. Después de que Tiburones igualara las acciones en la parte baja del segundo, Lara fabricó tres en el tercer inning, cortesía de un sencillo productor del campocorto Juniel Querecuto y uno de los tres errores defensivos que cometió La Guaira en el duelo.
Ya en el noveno tramo, Rivero volvió a hacerse presente en la pizarra con un doble por el bosque derecho que le permitió anotar en carrera al grandeliga Ildemaro Vargas.
El “Tsunami” fue el principal baluarte ofensivo de los dirigidos por Carlos Mendoza en el cotejo, al finalizar de 3-2 con el par de fletadas. Con excepción del primera base Osman Marval y del patrullero izquierdo Manuel Meléndez, el resto de los jugadores titulares de Cardenales sacudieron cuando menos un indiscutible en el choque.
El abridor de los salados, Víctor Díaz (0-3), cargó con la derrota luego de permitir cuatro hits e igual número de rayitas, dos de ellas limpias, en dos innings y dos tercios de trabajo. Ninguno de los otros cinco serpentineros que utilizó el capataz Dennis Malavé toleró anotaciones limpias.