Matt Danzico supo que tenía un serio problema cuando empezó a ver logos de criptomonedas en los envoltorios de los productos del supermercado. Se vio arrastrado por el furor por las monedas digitales durante la pandemia, lo que rápidamente se convirtió en obsesión.
“Pasaba noches en vela dando vueltas en la cama, intentando sacarme los gráficos de la cabeza”, contó el diseñador y periodista visual radicado en Barcelona. “Pensé que estaba enloqueciendo”.
Criptomonedas como bitcoin y ethereum son conocidas por su volatilidad, y Danzico, de 39 años, vio cómo el “dinero de años” era “ganado y perdido en un período de tiempo corto”.
Sus emociones vivieron la misma montaña rusa, agravado por el hecho de que especulaba en medio del confinamiento por el covid-19. Su esposa notó que se volvía ansioso e irritable.
Danzico se niega a especificar el daño que el experimento causó a sus finanzas, y le basta admitir que “para nuestra cuenta bancaria fue malo”.
Al reflexionar meses después durante una visita a Estados Unidos, este norteamericano se siente aliviado de superar su adicción más o menos rápidamente.
Pero con el crecimiento de las criptomonedas, Danzico teme que se estén produciendo experiencias más graves que la suya en todo el mundo.
“Estamos hablando de decenas de millones de personas que operan con criptomonedas”, señaló.
“Si una pequeña fracción de esas personas se enganchan, sería un enorme potencial de crisis mentales a una escala que no creo que el mundo haya visto antes”, alertó.
– El oscuro cripto Twitter –
Danzico señala que basta mirar Twitter, donde se congregan los ‘criptoentusiastas’, para entender las consecuencias en la salud mental de la inestabilidad crónica de las monedas digitales.
Tuits de “personas que discuten su depresión profunda, pensamientos extremos de aislamiento y suicidio” suelen acompañar la depreciación de las monedas virtuales.
En septiembre se viralizó en Twitter la historia de un checo y su intento desastroso de enriquecer con criptomonedas, al endeudarse cada vez más para recuperarse de sus pérdidas.
Deprimido y sin casa, se sintió demasiado avergonzado para pedir ayuda.
“Cuando llamé a mi madre le dije que estaba bien, que tenía un buen empleo, un lugar donde dormir, etc. En realidad estaba pasando hambre”, escribió el usuario llamado Jirka, quien ahora intenta reconstruir su vida.
Preocupado por su propia experiencia y otras contadas en línea, Danzico comenzó a investigar sobre la criptoadicción, y publicó sus hallazgos en el sitio de noticias cripto Cointelegraph.
Encontró un solo estudio de pequeña escala sobre la criptoadicción en Turquía, y pocos terapeutas que ofrecen ayuda, de Tailandia a Estados Unidos.
Los expertos ven el fenómeno como una forma de adicción a las apuestas, y señalan semejanzas con los operadores de Wall Street cuyas inversiones pueden ser descontroladas.
Castle Craig, una clínica de rehabilitación en Escocia, describe la criptoadicción como una “epidemia moderna”.
EL problema es más frecuente entre los hombres, señaló la clínica en su sitio web, pero “esto podría deberse a que las mujeres operan en criptomonedas menos que los hombres”.
– Terapia fotográfica –
Para Danzico, es “alarmante” que no haya más ayuda especializada. Parte del problema, sospecha, es que la gente no se ha dado cuenta de cuánto se ha generalizado la especulación con criptomonedas.
La plataforma Crypto.com calculó en julio que 221 millones de personas operaban en todo el mundo. La cifra se había duplicado en seis meses, cuando millones comenzaron a incursionar en esta actividad mientras estaban en casa durante la pandemia.
Fue solo después de comenzar él mismo a operar que Danzico se percató de que había operadores en todas partes.
Un vecino gritaba cada vez que ethereum subía de valor, y veía a jóvenes en la calle angustiados con un gráfico cripto en la pantalla de su teléfono móvil.
Danzico superó el hábito al canalizar su obsesión hacia la fotografía. Encontrar una manera de expresar cómo había sido absorbido “de alguna forma me permitió superarlo”, dijo.
Danzico aún posee recursos cripto y cree que las finanzas descentralizadas tienen un futuro brillante, pero quiere que la sociedad asuma lo que considera como “una enorme crisis de salud mental”.
“Hay chicos que literalmente se están volviendo millonarios en la casa de sus padres, y luego lo pierden todo antes de ir a cenar”, dijo. “Debemos empezar a tratar este tema”. AFP