Un grupo de investigación de Estados Unidos, dirigido por expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, presentó recientemente el caso de una paciente inmunodeprimida con deficiencia adquirida de linfocitos B que posteriormente desarrolló un curso prolongado de la infección con el SARS-CoV-2.
Por infobae.com
En el estudio -que aún no fue revisado por pares- publicado en el sitio Medrxiv, los investigadores encontraron que la mujer de 70 años que había sido tratada con el antiviral Remdesivir no había logrado eliminar por completo su infección por coronavirus durante varios meses, lo que generó preocupación sobre la posible aparición de versiones más resistentes a los medicamentos de COVID-19 en pacientes que enfrentan una enfermedad persistente.
Un examen genético del virus mostró que había mutado durante el tratamiento de una manera que reducía la eficacia del fármaco antiviral, fabricado por Gilead. Según la profesora Akiko Iwasaki, una de las autoras del estudio, inicialmente el Remdesivir redujo la carga viral del paciente, pero esta volvió a aumentar durante el transcurso del tratamiento.
La infección persistente finalmente se trató con éxito utilizando anticuerpos monoclonales, según el estudio. La mujer que exhibió la mutación, llamada E802D, estaba inmunodeprimida, ya que anteriormente había sido tratada por un linfoma no Hodgkin. “Este caso ilustra la importancia de monitorear la resistencia al remdesivir y el beneficio potencial de las terapias combinatorias en pacientes inmunodeprimidos con infección por SARS-CoV-2?, escribieron los autores del estudio en la preimpresión.
El 0,003%. Ese es el porcentaje de casos de 4,1 millones de secuencias del genoma obtenidas de pacientes que mostraron la mutación, según publicó la profesora Iwasaki en su cuenta de Twitter, indicando que tales casos todavía eran increíblemente raros.
El medicamento desarrollado por Gilead Sciences fue uno de los primeros medicamentos aprobados para su uso en hospitales para tratar el COVID-19. El fármaco intravenoso se ha administrado a pacientes hospitalizados con síntomas moderados de la enfermedad, aunque su eficacia no se ha establecido por completo.
En noviembre de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó no usar el medicamento en pacientes con COVID-19, y señaló que no había evidencia de que mejorara la supervivencia y otros resultados.
Sin embargo, a pesar de los estudios contradictorios, los resultados de un ensayo publicado en la revista The New England Journal of Medicine, el más grande hasta el momento, mostraron que el antiviral acelera la recuperación de la infección por coronavirus. En él, los investigadores dirigidos por un equipo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) proporcionaron los datos finales de un estudio que publicaron por primera vez en mayo y se demostró que los pacientes que fueron tratados con el fármaco se recuperaban en 11 días en promedio, en comparación con 15 días para los de un placebo.
La investigación, que incluyó a 1.062 personas que fueron asignadas al azar para recibir Remdesivir intravenoso o un placebo durante un máximo de 10 días mientras estaban en el hospital, le ofreció a los investigadores datos más detallados sobre cómo el fármaco afectó las métricas, incluido el tiempo que las personas debían recibir oxígeno suplementario o utilizar respiradores. “Aunque una mejora del 31% no parece ser un golpe de gracia del 100%, es una prueba de concepto muy importante, lo que ha demostrado es que un fármaco puede bloquear este virus”, manifestó Anthony Fauci, máximo experto de los Estados Unidos en materia de enfermedades infecciosas y director del NIAID.
Cuatro argumentos que aumentan las esperanzas para su uso
1. Los datos de los estudios clínicos demuestran que el Remdesivir puede reducir en cinco días el tiempo de recuperación de los pacientes hospitalizados en comparación con el placebo, liberando potencialmente tiempo y recursos hospitalarios tan necesarios durante la actual pandemia. En los ensayos clínicos se demostró una mayor probabilidad de alta hospitalaria en aquellos pacientes que tenían menos de diez días de síntomas en el inicio de la administración.
“Es importante administrar el fármaco en los primeros días de la enfermedad, sobre todo cuando hay más actividad viral para frenar la replicación. A esta altura, -desafortunadamente o afortunadamente- conocemos la infección y sabemos mucho más acerca de cómo puede evolucionar. Sabemos que los primeros diez días son críticos, que lo primero es la fase viral con síntomas leves, a partir de los siete o diez días hay una progresión de los síntomas, y llegado ese momento ya no es tanto la actividad antiviral sino la respuesta inmune que tiene el organismo lo que determina la gravedad de la infección. Tenemos datos sobre su eficacia que confirman que merece la pena darlo cuanto antes”, subrayó la doctora Rocío Montejano Sánchez, científica perteneciente al grupo de investigación de SIDA y Enfermedades Infecciosas del Instituto de Investigación del Hospital La Paz (IdiPAZ), en el marco del webinar organizado por la Sociedad Argentina de Infectología, “Nueva evidencia en la reducción de la mortalidad COVID-19: Uso de remdesivir, experiencia en la vida real” del que participó Infobae.
2. Se observó que en la población general de pacientes, aquellos que recibieron tratamiento con Remdesivir tenían un riesgo de mortalidad significativamente menor en comparación con los controles emparejados. Aun así, para Montejano Sánchez es importante destacar que “hasta ahora solo tenemos datos de dos ensayos clínicos que no deben compararse ya que se han desarrollado en épocas muy dispares de la pandemia en la que el manejo ha podido cambiar”. “Sin embargo, en el Hospital La Paz lo administramos en 190 pacientes y se demostró una mortalidad del 11%, y si bien se trató de un estudio retrospectivo con limitaciones son datos de la práctica clínica”, añadió.
3. Es un fármaco que se tolera bien. Los investigadores no encontraron diferencias significativas entre Remdesivir y placebo en la frecuencia de eventos adversos. “En este momento, creo que es más relevante centrarse en la eficacia que en la seguridad dado que la tolerancia es tan buena”, destacó la especialista.
4. Teniendo en cuenta que el mecanismo de acción de Remdesivir no se ha visto afectado por las mutaciones que ha sufrido el virus y, basado en los análisis iniciales y en la información disponible hasta el momento, el antiviral mencionado mantendría su seguridad y eficacia frente a las nuevas variantes del SARS-COV-2. “Las variantes no afectan al modo de replicación. Afectan a la conformación del spike y a otras proteínas estructurales. Sí es cierto que se han descrito algunas resistencias pero yo creo que no están asociadas con las variantes, sino con el uso y la administración del fármaco”, concluyó.