Cita: “Han pasado once años desde su debut en la televisión, y ella ya es toda una señorita. Tiene 19 años de edad y está brillando con luz propia” (Kienyke).
Comentario: La palabra señorita (‘mujer soltera’) es una de las más gratas del idioma. En la cita, correspondiente al perfil de Rafaella Chávez, hija de Marbell, se usa para dar una idea del crecimiento físico, emocional e intelectual de la persona. Papás y mamás lo dicen de sus hijas con orgullo, “ya es toda una señorita”. A su vez, las señoritas se precian de serlo, y exigen el reconocimiento que se debe a quien dejó de ser niña y está acercándose a mujer madura. Dicen, para ponerlo de manifiesto, “Ya no soy una niña”.
Mujeres mayores y no tan mayores también reivindican su condición de señoritas para destacar su soltería, y el correspondiente trato de especial condescendencia. Se supone que una señorita espera respeto y/o galanteo.
La distinción de señorita está presente en los concursos de belleza, que han ido perdiendo su importancia en los últimos años. Ser señorita Valle, señorita Bogotá o señorita Colombia era importante, e incluso lo era ser reina, para estos efectos, sinónimo de señorita, del Café, del Petróleo o del Bambuco. Si la señorita que alcanzaba el título de señorita Colombia llegaba al concurso de Miss Universo, más puntos. Y si lograba, como lo han logrado Luz Marina Zuluaga y Paulina Vega, el título de miss Universo, ni se diga.
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