Aunque la travesía desde sus países de origen es peligrosa, los inmigrantes no cejan en su propósito de llegar a Estados Unidos, y para ello arriesgan sus vidas por el desierto.
Paula Andrea Díaz // VOA
“La verdad sí, es muy difícil, porque no se imagina, se topa uno con serpientes”, confesó a la Voz de América Iván Aragón González, inmigrante guatemalteco.
Grupos latinos han conformado brigadas para rescatarlos en el peligroso recorrido que es el desierto de Arizona, donde las temperaturas son tan extremas que pueden causarles la muerte.
Para González la travesía se complicó cuando dos de sus compañeros se sintieron mal, perdieron el conocimiento y tuvieron que dejarlos en el camino.
“Y en el momento que regresamos, Jesús ya no respiraba, había perdido el pulso”, dijo, y agregó que el cuerpo del migrante fue hallado días después por uno de los grupos que rescata y recupera inmigrantes.
En Arizona, varias organizaciones trabajan en esta labor, entre ellos Águilas del Desierto, SOS, Capellanes del Desierto y Armadillos Azules.
“Piensen dos veces para cruzar porque desgraciadamente es muy caliente y las personas mueren en el desierto”, alerta Jovanny Santos, de la brigada de rescate Capellanes del Desierto.
Águilas del Desierto tiene brigadas de 25 personas, a lo que se les une Capellanes con 15 voluntarios.
Estos grupos han logrado el hallazgo de 14 cuerpos este año y el rescate de 100 migrantes con vida, según su líder, Ely Ortiz. Entran al desierto cada semana. Su temporada más ocupada es en verano y se apoyan en los equipos de rescate de la Patrulla Fronteriza.
“Cuando son lugares más exactos, tenemos que hablarle a las autoridades, a Patrulla Fronteriza, para que ellos puedan ir a buscarlos”, zanjó Ortiz.