Cada destino de Venezuela es mágico e irrepetible por el contraste de sus paisajes, los infinitos sabores, la tradición cambiante de cada pueblo y mucho más. Atravesar la carretera y apreciar un escenario deslumbrante que tiene como telón Los Médanos de la Soledad, esa serie de siluetas de arena dorada que dividen la llanura del estado Apure; es la mejor manera de comprobarlo.
Seguramente, te preguntas: “¿Médanos en Apure?”. Pero si todavía lo dudas, no le des rienda suelta a la incertidumbre. Más bien, aventúrate en este recorrido para descubrir y conectarte con el corazón de una Tierra llena de gracia. El viajero Rubén García será nuestro guía para conocer este lugar resguardado por la majestuosidad, el enigma y numerosas historias.
Por Elizabeth Gutiérrez/ lapatilla.com
El espectáculo natural se localiza antes de llegar al parque nacional Santos Luzardo. Según explica el guía turístico, para toparse con Los Médanos de la Soledad, deben dirigirse a través de la “Ruta de Gallegos”, en el municipio Pedro Camejo, estado Apure. Cabe mencionar que el viaje desde Caracas puede durar aproximadamente siete horas.
“Muy poca gente los conoce. Cuando viajamos para Autana, a juro tenemos que pasar por ahí. Siempre hacemos parada. Anteriormente, el turismo estaba muy activo”, explicó.
Su descubrimiento ha sido objeto de un gran dilema: ¿Los Médanos de Apure son más extensos que los de Falcón? Rubén aclara que Los Médanos de Capanaparo o Los Médanos de Cinaruco, como también suelen identificarlos, son más amplios. Las mansas dunas de arena miden entre dos a diez metros. Algunas, a menudo se dejan moldear por los vientos y varían su tamaño. Otras, son más antiguas y se encuentran ancladas envueltas por la vegetación.
“Es sorprendente porque cuando vas rodando hacia Puerto Ayacucho por la carretera, después de San Fernando de Apure, te consigues ese grandioso lugar. Me parece que es inmenso y hermoso”, expresa.
Los lugareños esperan la época de invierno para ser testigos de un arenal deslumbrante con la formación de lagos que se transforman en un balneario muy popular. Por esta razón, García recomienda visitar la cálida región en esta temporada para disfrutar de una agradable vista, alimentada por semi colinas de arena fina y una refrescante “playa llanera”.
“Lo que más me gusta es que cuando llueve, porque se forman muchos pozos donde la gente se puede bañar. Sobre todo, cuando vienes del Amazonas, que esa carretera es tan caliente y el llano es tan caluroso, lo que deseas es meterte en un río donde te puedas refrescar. Cuando consigues Los Médanos de La Soledad en esa temporada, es algo espectacular”, confirma.
La icónica Ruta de Gallegos
Los Médanos de La Soledad forman parte de las maravillas que ostenta el recorrido que inspiró al reconocido novelista Rómulo Gallegos durante su viaje al estado Apure. Rubén nos confirmó que fue bautizada como “La Ruta de Gallegos” por su importancia e inspiración en una de sus obras más célebres: Doña Bárbara.
El afamado sendero, que abarca unos 200 kilómetros, comienza desde la ciudad San Fernando de Apure y alcanza Puerto Páez, en el municipio Pedro Camejo. Además, es un paraje muy transitado por su inquietante horizonte, el calor de su gente y la tradición característica de la zona llanera.
Un pedacito de nuestra tierra
Si te aventuras a explorarlo debes asegurarte de llevar ropa cómoda, protector solar, sombrero, abundante agua y suficiente comida. Los viajeros tienen la oportunidad de estacionar sus vehículos en los alrededores y caminar hasta las dunas. Incluso, tienen la opción de realizar el recorrido a caballo, especialmente en Semana Santa.
Los Médanos de la Soledad saben cómo sorprender. Solo planea tu itinerario para que puedas dar un paseo por el exuberante paraje de los llanos venezolanos y degustar los platos típicos locales como dulce de lechosa, carne en vara, cachapa de maíz, guiso de galápago, pisillo de bagre y otros más.
“Es un destino muy representativo del estado Apure. Es muy accesible: Llegas en tu carro y te instalas. Hay unas churuatas pequeñas, que están en la orilla de la carretera. La gente lleva su comida, guinda una hamaca y disfruta de un día relajado frente a Los Médanos de la Soledad. ¡Tienen que conocerlo porque es un espectáculo de lugar!”, resalta Rubén García.