Otra denuncia contra Salt Bae, el chef amiguito de Maduro que cobra una fortuna por sus platos

Otra denuncia contra Salt Bae, el chef amiguito de Maduro que cobra una fortuna por sus platos

Nicolás Maduro junto al chef famoso Salt Bae. Foto: Instagram

 

 

Nusret Gökçe, más conocido como Salt Bae, se convirtió en uno de los chefs más famoso del mundo gracias a su particular forma de cortar y salar la carne. Sus restaurante son visitados por por las grandes figuras, que luego comparten su paso por el establecimiento en las redes sociales. Sin embargo, en las últimas semanas este cocinero de origen turco estuvo en el ojo de la polémica por los exorbitantes precios de sus platos.





Por: Crónica

De todas formas, sus éxito es innegable y a pesar de sus detractores, ya tiene 17 sucursales en ciudades como Dubái, Doha, Abu Dhabi, Londres o Nueva York y próximamente abrirá una en Arabia Saudita.

La crítica que se hizo viral

La última crítica contra Salt Bea se volvió viral gracias a Tripadvisor.com, ya que un cliente decidió compartir una fulminante reseña en el sitio web por el mal trato recibido en el restaurante de Londres.

En ella, el comensal afirma que los meseros del establecimiento, ubicado en el lujoso barrio de Knightsbridge en la capital inglesa, le informaron que tenía 95 minutos para comer los platos increíblemente caros que había pedido.

Según el relato, alguien del personas los interrumpió a mitad de la comida, para decirles que tenían 30 minutos para comer e irse, a pesar de que recién les estaban sirviendo sus guarniciones.

El límite de tiempo establecido por el local significaría que cuesta 925 dólares por hora, o US$16 por minuto, para disfrutar del bistec cubierto de oro de 1,951 dólares.

“Es como IKEA, se ve bien pero la calidad es mala”, es el título del la reseña escrita por el cliente. “El restaurante es hermoso, pero eso fue todo. Entré después de leer las noticias sobre los precios, así que comprendí completamente en qué me estaba metiendo”, afirmó.

“El personal vino a mitad de la comida y nos advirtió que teníamos 30 minutos. (¡estaba colocando nuestras guarniciones sobre la mesa cuando lo dijo!) para que pudiéramos permitir que otros usen la mesa ya que hay un tiempo de rotación rápido. Es como Ikea, se ve bien pero es de mala calidad (servicio y comida). De hecho, opté por no llamar a Salt Bae para que viniera a cortar nuestro bistec, solo quería buena comida”, continuó.

“No sigas las exageraciones, si querés buena comida, hay cientos de mejores opciones de buena comida en Londres, sea cual sea tu rango de precios”, concluyó.

La denuncia de sus ex empleados

La crítica viral surgió semanas después de que conociera los míseros sueldos que Nusret le paga a sus empleado, pues el salario que reciben sólo les alcanzará para consumir el puré de papa en el menú del restaurante.

Pero los problemas con sus empleados continúan. O mejor dicho, sus ex empleados: dos personas que trabajaron en la sucursal de Nueva York denunciaron al chef por discriminación, según informó el New York Post.

El camarero Angelo Maher y la camarera Elizabeth Cruz lo demandaron por 500.000 dólares alegando que los trabajadores turcos fueron tratados mejor que los hispanos.

De acuerdo a sus testimonios, fueron discriminados en Nusr-et Steakhouse New York porque no eran turcos, según las demandas presentadas contra la compañía del chef la semana pasada en la Corte Suprema de Manhattan.

Maher, un peruano que comenzó a trabajar allí en 2017, afirma que lo colocaban regularmente en secciones menos lucrativas del restaurante. Además, sostuvo que los empleados turcos estaban protegidos por la gerencia, incluso si tenían un desempeño deficiente o una mala conducta.

El hombre fue despedido en marzo de 2020 y cuando el restaurante volvió a abrir después de los primeros días de la pandemia de Covid, no fue recontratado como lo fueron otros empleados, afirma la demanda.

Por su parte, Cruz, cuyo origen familiar es dominicano, dice que fue contratada en abril de 2019 y poco después fue sexualizada de una manera que las trabajadoras turcas y otros empleados masculinos no lo fueron.

Ante la consulta del medio estadounidense, un abogado de la empresa de Gökçe decidió no hacer comentarios.