El Estado Islámico se hace fuerte en África: Grupos terroristas le juraron fidelidad y atacan con comandos suicidas

El Estado Islámico se hace fuerte en África: Grupos terroristas le juraron fidelidad y atacan con comandos suicidas

Dos mujeres escapan de la escena donde tres comandos suicidas se hicieron explotar en el corazón de Kampala, la capital de Uganda (Foto: REUTERS/Abubaker Lubowa)

 

El ISIS, el Estado Islámico, continúa su expansión en África. Este martes, tres de sus comandos suicidas atacaron en el centro de Kampala, la capital ugandesa. En ese país se registraron seis atentados en las últimas tres semanas. La zona del Sahel, en Burkina Faso, Niger, Mali y Chad, está experimentando “el aumento de la insurgencia islamista más rápido del mundo”, según el informe anual de la agencia privada de inteligencia Control Risk.

Por Infobae

Varios otros estados, como la República Democrática del Congo (RDC), la República Centroafricana (RCA) y Sudán del Sur, también están registrando el avance de organizaciones afiliadas con el ISIS. En Nigeria también son constantes los enfrentamientos con las fuerzas de Boko Haram, el grupo islamista también afiliado al ISIS, que se hizo famoso por secuestrar a más de 300 chicas de una escuela secundaria. Allí, durante los combates de la última semana fue abatido Malam Bako, líder de la provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP), y el hombre que recomendaba a los jefes de la organización terrorista a quién debían darle el estatus de grupo afiliado en todo el continente.

El martes, tres terroristas suicidas se hicieron explotar en el centro comercial y financiero de Kampala, la capital ugandesa, en un atentado que reivindicó el ISIS a través de su agencia de noticias. Fue durante la hora de mayor tránsito de vehículos y empleados. Murieron seis personas y otras 33 resultaron heridas. Los tres kamikazes también murieron y un cuarto fue abatido por la policía cuando intentaba escapar. En su casa se encontraron otros chalecos explosivos y materiales para fabricar bombas. El gobierno atribuyó el ataque a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo islamista que inició una insurgencia contra el presidente ugandés, Yoweri Museveni, en la década de los 90 y que en 2017 prometió lealtad al ISIS. El Estado Islámico reivindicó posteriormente la autoría del atentado a través de su agencia Amaq.

Los líderes del grupo terrorista reconocieron formalmente al ADF como uno de sus afiliados en julio de 2019. El ADF normalmente opera desde las selvas del este de la República Democrática del Congo, pero recientemente lanzó ataques de alto perfil en Uganda y la vecina Ruanda después de recibir “una considerable financiación y asistencia técnica del liderazgo central de Estado Islámico”, de acuerdo a varias agencias de inteligencia. Cuando Musa Baluku, el líder de las ADF, juró lealtad al ISIS afirmó que su grupo ya no existía porque en adelante pasaba a ser el “Estado Islámico en África Central”. En marzo de 2021, Estados Unidos incluyó a las ADF en su lista de organizaciones vinculadas a los terroristas sirios e iraquíes.

“Con los atentados de Kampala empezamos a ver indicios del desarrollo de una red regional de financiación, reclutamiento y proliferación de artefactos explosivos conectada con individuos afiliados al ISIS que operan tanto en los campamentos de la ADF, en el este del Congo, como entre los militantes del norte de Mozambique”, explicó Dino Mahtani, subdirector del centro de estudios Crisis Group al corresponsal del Financial Times. “Lo que ha ocurrido en Kampala es apenas la muestra de una amenaza terrorista regional que está surgiendo”.

Otro grupo insurgente, Al Shabaab, que opera en el norte de Mozambique, también afiliado al ISIS y que desde hace cuatro años aterroriza a la provincia norteña de Cabo Delgado, fue el que protagonizó el peor atentado de la historia reciente de Uganda. Se produjo durante el Mundial de Fútbol de 2010. Varios bares de una zona elegante de Kampala fueron atacados con bombas en forma simultánea, matando a más de 70 personas. Las tropas ugandesas luchan junto a las de Somalia contra al-Shabaab.

Para apuntalar a sus afiliadas africanas, el máximo líder del ISIS, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Quraishi, envió a fines de octubre a varios miembros del Consejo de la Shura (órgano religioso consultivo) a inspeccionar los campamentos de la denominada Wilaya de África Occidental del Estado Islámico, el ISWAP. El propósito de la “visita”, de acuerdo a la inteligencia nigeriana, “es proporcionar entrenamiento, financiación, así como desplegar más mercenarios para luchar en el África subsahariana después de perder una gran cantidad de sus combatientes terroristas”. En las reuniones se habría acordado “eliminar a los terroristas de la facción Bakura (Buduma) de la organización Boko Haram”, que se enfrentó a la conducción.

“La presencia del Estado Islámico en África es clara y viene creciendo en forma constante, incluso cuando el poder del núcleo central de la organización haya disminuido en Medio Oriente”, opina Jason Warner del Centro de Lucha contra el Terrorismo de West Point. “El gran número de provincias y filiales africanas del ISIS, con un claro poder de permanencia, creó una amenaza aún más grande de la que representa en Siria o Irak. Se podría decir que el poder real del ISIS está ahora en el Sahel y el centro de África”, añadió.

Warner y otros analistas internacionales participaron de una reciente reunión en Roma de la denominada Coalición Global para Derrotar al ISIS, a la que adhieren 83 países. De esa cumbre participaron representantes de 15 naciones africanas. Y estuvo presente el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken. Aunque no se presentó ningún plan de participación militar concreto para enfrentar a los jihadistas. “Si bien es bueno que la coalición esté hablando de África y trayendo a los países relevantes de ese continente a la discusión, cualquier coordinación parece estar todavía en las primeras etapas, mientras que las condiciones sobre el terreno se están deteriorando muy rápidamente”, expresó Emily Estelle, investigadora del American Enterprise Institute. “El grupo de trabajo propuesto debería centrar su energía en una profundización de la democracia en los países atacados junto al apoyo militar para el combate directo, porque es de esa ausencia del Estado en amplias regiones africanas de las que se beneficia el ISIS para actuar”, añadió. Y lo cierto es que tanto Francia, que tenía bases y un importante contingente de soldados en el Sahel, como Estados Unidos en el Cuerno de África, en los últimos meses retiraron buena parte de sus tropas.

El foco de Estados Unidos y Europa todavía está centrado en Siria, donde el ISIS conserva una fuerza de varios miles de milicianos –algunos hablan de 10.000- entre los que se encuentran unos 2.000 “internacionales”. Y desde que los talibanes volvieron al poder, también en Afganistán, donde la filial denominada ISIS-Khorasan ya produjo una larga serie de atentados, como el del aeropuerto de Kabul cuando las fuerzas estadounidenses realizaban una caótica retirada, y controlan territorio en el norte del país. Aunque, de acuerdo a un informe que circula en el Congreso de Washington, el Pentágono ya comenzó los preparativos para una intervención rápida en África con el objetivo de atacar los campamentos de los grupos terroristas.

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