Kemmerer, un pueblo remoto de 2.700 habitantes situado en el desierto montañoso que separa a Wyoming de los estrados de Idaho y Utah, va a convertirse en una de las capitales de la energía nuclear del mundo. Porque allí -literalmente, en mitad de ningún sitio- es donde la empresa TerraPower va a construir su primer minirreactor nuclear experimental, empleando una nueva tecnología diseñada por la empresa. Si se cumple el calendario, la planta será operativa en 2028.
Por El Mundo
La construcción de la nueva central es relevante por muchas razones. La más obvia, los nombres: TerraPower es una empresa fundada por Bill Gates, a través de su vehículo de inversión Cascade Investiments, y la central nuclear pertenecerá a la eléctrica PacificCorp, propiedad de Berkshire Hathaway, el conglomerado de Warren Buffett. Otro partícipe destacado en el proyecto es el hombre más rico de Asia, el indio Mukesh Ambani, que tiene un asiento en el consejo de administración de TerraPower debido a la inversión realizada a través de su empresa Reliance.
Así pues, los tres protagonistas están entre las doce mayores fortunas del mundo, y dos de ellos -Gates y Buffett- también son los mayores filántropos de la Tierra. Hay, además, universidades (Vanderbilt) y el Estado de EEUU, que ha financiado gran parte de la investigación y desarrollo del nuevo reactor. De hecho, aproximadamente la mitad de los 4.000 millones de dólares (unos 3.500 millones de euros) que costará la central serán sufragados por el Gobierno de EEUU a través del plan de infraestructuras de Joe Biden que fue aprobado hace diez días.
TerraPower espera reducir en el futuro el coste de estos reactores en un 75%, hasta los 1.000 millones de dólares (880 millones de euros), lo que los podría hacer tremendamente competitivos. El reactor será pequeño. Tendrá una generación de 345 megavatios, que podrán crecer hasta los 500 en caso de que haya demanda para ello.
El segundo elemento es el tecnológico. La central de Kemmerer tendrá un reactor experimental. En lugar de usar agua para enfriar el proceso, usará sodio líquido. Eso, según TerraPower, reduce de manera drástica el riesgo de accidentes, ya que el sodio tiene más capacidad para absorber calor y, además, elimina la necesidad de una fuente de energía externa a la central para mantener la temperatura bajo control. Eso hace que, por ejemplo, un accidente como el de Fukushima, en Japón, en 2011, sea imposible. Las centrales de este tipo también tendrán más capacidad de almacenamiento de energía y producirán menos ‘basura atómica’. Los críticos, sin embargo, dicen que el uso de sodio puede provocar explosiones.
El tercer factor es el laboral. Kemmerer es una ciudad minera, en la que la principal fuente de empleos es la térmica de Noughton, que lleva reduciendo sus operaciones desde 2019 y en la actualidad produce 440 megavatios de electricidad, pero que acabará cerrando totalmente en 2025 a medida que el carbón es expulsado fuera del mercado por el gas natural y las renovables, que son más baratas. Ahora, la nuclear generará, según TerraPower, 2.500 empleos durante su fase de construcción y 250 más cuando esté operativa. Son cifras enormes en el condado de Lincoln, donde está la Kemmerer, que es una región con una extensión similar a la de Asturias y sólo 18.000 habitantes. Políticamente, la región es tan republicana como el resto de Wyoming, lo que indica que, en principio, no va a haber rechazo a la nueva nuclear.
Y, finalmente, está la razón medioambiental. El desarrollo de la energía nuclear es una de las opciones barajadas para combatir el cambio climático. Y, si TerraPower consigue demostrar que sus ‘minirreactores’ son más eficientes, seguros y baratos que los actuales, ésta puede ser, según algunos expertos, una de las estrategias para evitar una catástrofe sin precedentes.