El drama que sufren millones de estadounidenses para recuperar el olfato por culpa del Covid-19

El drama que sufren millones de estadounidenses para recuperar el olfato por culpa del Covid-19

olfato
La pérdida del olfato es un síntoma característico de la covid.@ canva.com

 

El mundo se aproxima a entrar en el segundo año desde el comienzo de la pandemia de SARS-CoV-2, y el paso del tiempo nos ha permitido ir observando los distintos efectos del virus en las personas a corto, medio y largo plazo. Entre todos sus signos, hay uno que se ha convertido en especialmente emblemático: la pérdida del olfato.

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Aunque la evolución es diferente para cada paciente, en un buen número de ellos este es un síntoma de larga duración. Y, sin embargo, como apunta un estudio publicado en el medio especializado JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery, sabemos poco acerca de cómo se recuperan quienes se ven afectados por esta condición más allá de los seis meses posteriores a la enfermedad.

Un problema de salud pública

La pérdida del olfato tiene importantes implicaciones para la salud de la persona. Como recuerdan los investigadores que firman el artículo mencionado, esta consecuencia de la covid se ha asociado a un descenso general de la calidad de vida, una afectación a la ingesta de comida, una inhabilidad para detectar gases peligrosos y humo, un aumento en las preocupaciones sobre la propia higiene y al inicio de síntomas depresivos.

Estas complicaciones hacen de la pérdida del olfato a medio y largo plazo un problema de salud pública de dimensiones considerables, que se incrementa si tenemos en cuenta el volumen de población que se ve afectado por él y la poca información de que disponemos en la actualidad sobre la evolución de esta condición.

Por ello, y con el fin de estimar la gravedad de la disfunción olfativa (DO) en términos de salud pública, los científicos (adscritos a la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis) han realizado un análisis estadístico de los datos obtenidos y publicados por The COVID Tracking Project (un registro de datos sobre la pandemia recabados por voluntarios y considerado uno de los más exactos y completos, hasta el punto de haber sido usado por los legisladores norteamericanos).

Algunas personas podrían no recuperar nunca el olfato

Lo que concluyen de este ejercicio es que la mayoría de los pacientes recuperan el olfato en un plazo relativamente corto, existe un número muy significativo de pacientes para los cuales la disfunción olfativa se prolonga hasta los seis meses o más allá.

Concretamente, los investigadores estiman que entre 700.000 y 1,6 millones de personas sufren disfunción olfativa crónica causada por la covid, unas cifras que se suman a los 13,3 millones de personas que ya padecen disfunción olfativa crónica por otras causas. Sin embargo, advierten de que esta cantidad podría en realidad ser mucho mayor, ya que argumentan que las estadísticas sobre la incidencia de la covid a partir de las que se ha realizado el análisis tienden a subestimar los verdaderos números.

Además, apuntan, existe una diferencia entre quienes han adquirido una disfunción olfativa crónica a causa de la covid y quienes la sufren por otras cuestiones, y es que en el caso de la enfermedad pandémica la complicación afecta a un grupo demográfico mucho más joven (como muestra incidencia de la disfunción olfativa en general es de 4,2% para las personas de entre 40 y 49 años de edad y asciende hasta 39,4% en los mayores de 80 años).

Y, recuerdan, por ahora no disponemos de datos fiables para establecer un pronóstico para estas personas. Por lo que sabemos, la disfunción olfativa crónica causada por el covid podría durar años, décadas o incluso ser vitalicia. Con todos los peligros que ello conlleva; además de las complicaciones que antes mencionábamos, por ejemplo, muchas investigaciones han encontrado que quienes carecen del sentido del olfato tienen más del doble de riesgo frente a ciertos peligros como las intoxicaciones alimentarias.

En base a esto, los autores de este artículo llaman a abordar desde las áreas de salud pública la problemática que supone la disfunción olfativa crónica y a ampliar los esfuerzos dedicados a la investigación de esta condición.

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