Un alto consumo de alimentos ultraprocesados aumenta significativamente el riesgo de sufrir un segundo infarto o un ictus mortal en personas que ya padecen enfermedades cardiovasculares, aunque sigan la dieta mediterránea. Es la principal conclusión de un estudio del Departamento de Epidemiología y Prevención del I.R.C.C.S. Neuromed en Pozzilli (Italia), que publica “European Heart Journal”,a la revista de la Sociedad Europea de Cardiología.
Por ABC
Además, de este análisis surge otra observación: incluso en personas que generalmente siguen la dieta mediterránea, pero que consumen demasiados alimentos ultraprocesados, el riesgo se incrementa.
El estudio siguió a 1.171 personas que participaron en el proyecto epidemiológico Moli-sani durante más de diez años. Todos ellos ya tenían enfermedad cardiovascular en el momento de su inclusión en la investigación.
En cuanto a la dieta seguida por los participantes, los investigadores se centraron en el consumo de alimentos ultraprocesados, elaborados en parte o en su totalidad con sustancias no utilizadas habitualmente en la cocina (proteínas hidrolizadas, maltodextrinas, grasas hidrogenadas, por ejemplo) y que generalmente contienen diversos aditivos, como colorantes, conservantes, antioxidantes, agentes antiaglutinantes, potenciadores del sabor y edulcorantes. Esta categoría incluye bebidas azucaradas y carbonatadas, comidas preenvasadas, cremas para untar y algunos productos aparentemente fuera de sospecha, como biscotes, cereales para el desayuno, galletas saladas y yogur de frutas. Estos alimentos se valoraron utilizando el sistema NOVA, que clasifica los alimentos según el grado de procesamiento y no según su valor nutricional.
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