Traumas sexuales y pensamientos intrusivos: las revelaciones de Will Smith que sorprendieron a su público

Traumas sexuales y pensamientos intrusivos: las revelaciones de Will Smith que sorprendieron a su público

Will Smith lució una apariencia irreconocible en medio de la promoción de su nueva película King Williams

 

 

 





Will Smith siempre se ha considerado “un cobarde”. Un hombre que no supo enfrentarse al agresor de su madre, su padre, a pesar de presenciar episodios violentos desde una edad temprana. Que observó, pasivo, cómo su progenitora abandonaba su hogar para alejarse del maltrato y cuya única solución viable que se llegó a plantear —en dos ocasiones— fue el suicidio. Su instinto primario le llevaba a escapar, en vez de afrontar la situación. Una imagen muy distinta a la desenfadada, positiva y de éxito que el actor lleva proyectando 35 años desde su primera aparición en la pequeña pantalla gracias a El príncipe de Bel-Air. Así lo reseñó El País.

Esta última es producto de una composición de luces y sombras. De una existencia llena de obstáculos y momentos escabrosos marcados por el alcohol, las drogas y la promesa de convertirse en estrella de Hollywood, intercalados con una historia de superación que le ha llevado a la redención. Su reconocimiento mundial le ha empujado a confesarse; no es oro todo lo que reluce en su pasado y lo ha reflejado en sus memorias, que llevan su mismo nombre, Will (editorial Zenith) y constituyen un repaso cronológico por su historia.

Su infancia “normal” se contrapone a las duras experiencias que llegaron después. Querido por los suyos, el que posteriormente se convirtió en rapero, actor y productor cinematográfico creció en una bonita casa del barrio de Woodcrest, al oeste de Filadelfia (Pensilvania, EE UU). Ni problemas económicos, ni escolares, ni de ninguna otra índole. Algo que, admite, contribuyó a las constantes críticas que recibió al principio de su carrera como rapero. “No era un macarra ni trapicheaba con drogas”, asegura en sus primeras líneas, consciente de que su entorno era muy diferente al que otros jóvenes negros estaban expuestos en las calles estadounidenses de los años ochenta. El techo sobre su cabeza parecía seguro, pero se fue desmoronando a medida que entraba en la adolescencia.

Los problemas de salud mental e inseguridades que ha arrastrado hasta la actualidad parten del odio que forjó hacia su padre, Willard Carrol Smith. El joven Smith sabía que era “violento y alcohólico” —cuenta que su padre comenzó a fumar a los 11 años y a beber a los 14—, pero no fue consciente de la gravedad hasta que le vio golpeando a su madre. “La vi desplomarse y escupir sangre. Ese momento, probablemente más que cualquier otro momento de mi vida, ha definido quién soy”, ha confesado a través de las páginas del libro autobiográfico de casi 500 páginas. La idea de quitarse la vida le ha tentado varias veces tras lo ocurrido. Cuando su madre, Caroline Bright, se hartó de los abusos y se marchó, dejando atrás a Smith y a sus hermanos, quedó vacío y vulnerable. “Se fue a trabajar a la mañana siguiente y no regresó”, relata.

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