Pienso que el año que viene no va a ser fácil para nadie, se ven venir cambios que moverán la placa continental e insular política de América Latina, uno de los cambios más esperados por décadas es la transición cubana hacia la democracia, los aires de libertad se están sintiendo y el cierre de ciclo de lo que se llamó revolución cubana está llegando a su fin con la extinción de los dinosaurios en la isla, que por ley natural y no por el choque de un meteorito dejaran de existir.
La administración Biden tiene tres objetivos para frenar el avance de Rusia, China, Irán y Turquía en la región, estos objetivos son Venezuela, Cuba y Nicaragua. Se ha explicado con suficientes argumentos que la crisis venezolana se convirtió en un problema geopolítico, que no es un caso domestico de orden interno, por eso en las negociaciones de México están presentes como acompañantes Rusia y los Estados Unidos. Hay opiniones encontradas al respecto de una reanudación de las negociaciones en la capital del país azteca, por un lado se encuentran los que creen que allí no se va a resolver nada y que es inútil después del evento del 21 de noviembre sentarse con Maduro, cuando no respetó parte de lo acordado y además expulsó a los observadores de la Comunidad Europea, a esa argumentación le falta la posición de Rusia, que al parecer insiste en continuar la negociación, porque no puede abandonar ningún escenario en donde también estén presentes los Estados Unidos y la Comunidad Europea.
Por su parte Maduro mueve sus fichas y casi seguro va a exigir como representantes en México si decide participar, a miembros de la oposición fiel que le han servido para mantener la división en las filas que lo adversan. En conclusión, respecto a México no hay nada definitivo, lo que sí es cierto es que a ambos bandos les conviene reanudar conversaciones por diferentes objetivos que trascienden lo interno, a Maduro y Cuba mucho más, para ganar tiempo y reagrupar fuerzas con las elecciones de Colombia y Brasil, en donde Petro y Lula pueden cambiar de salir victoriosos el mapa geopolítico de la región, apuntalando a Maduro hasta el 2024, con una mayor presencia de China en lo económico y de Rusia en lo militar, en perjuicio de los Estados Unidos y de todas las democracias occidentales, convirtiendo a la región en una zona caliente para la seguridad interna de los Estados Unidos con los grupos radicales islámicos y la narco guerrilla que ya operan en Venezuela.
En las oposiciones venezolanas no hay consenso estratégico, Capriles, Primero Justicia y un Nuevo Tiempo que son factores políticos importantes al parecer quieren liquidar el interinato de Juan Guaidó, pero el reciente apoyo y reconocimiento de los Estados Unidos a la presidencia interina se los pone difícil, en ese escenario surge la propuesta de María Corina Machado de renovación de liderazgo, al interpretar el vacío que dejan los resultados de las regionales, su diagnóstico es correcto pero el cómo concretarlo es el problema, no se ve fácil el método que propone la líder de Vente Venezuela, pero hay que reconocer que ha explicado con claridad su propuesta al país y la compartamos o no, el fondo del asunto debe ser considerado de importancia porque ciertamente hay un desgaste de la dirigencia opositora, Guaidó que al principio era un líder de circunstancias por la forma en que llegó, si bien no ha podido alcanzar el objetivo de sacar a Maduro del poder, no entra en esa categoría de cartucho quemado e insiste en elecciones presidenciales libres y con el apoyo internacional que mantiene se identifica con la propuesta de María Corina para aliviar la carga que pretenden endilgarle a él solo, es una forma de expresar que si no se ha salido de Maduro es en parte responsabilidad de la dirigencia enquistada desde hace mucho en las direcciones de los partidos, que al no renovar sus relatos políticos no emocionan ni convencen y por supuesto no logran resultados positivos, que la Presidencia interina ha sumado apoyo y reconocimiento internacional y que sería un error histórico cancelarla sin consultar a los ciudadanos venezolanos de todas partes y a los países y organismos que le han brindado a la oposición, una tribuna para denunciar los atropellos y las penurias causadas por un régimen autoritario investigado por la Corte Penal de Justicia, así que lo de renovación de la dirigencia puede convertirse en otra cosa, que exponga las miserias y el temple de algunos dirigentes si la sangre llega al río, como en el caso de Monómeros que no está del todo claro.
Obviamente hay un elemento crucial geopolítico, que al parecer está acelerando los acontecimientos y son las próximas elecciones presidenciales en Colombia, para decirlo en francés, en Colombia se decide esta vaina, si Petro que en este momento lidera la intención de voto gana la presidencia todo va a cambiar, incluso si se da la transición en Cuba a la democracia, el peso de Colombia es tan grande en la región que es casi seguro el regreso de los grupos armados y de los conflictos que vivimos en el pasado, con un desenlace que nadie puede pronosticar.
Por lo pronto las oposiciones venezolanas tienen que organizarse y prepararse para cualquier escenario el año que viene, en mi opinión no son excluyentes las propuestas de revocatorio y elecciones libres, hay que correr en ambas y sumar en ese sentido voluntades, porque tienen un objetivo común que unifica, la salida de Maduro del poder.