Después que Venezuela ha tenido desde 2013 caídas interanuales de su Producto Interno Bruto (PIB) de entre 20 y 30 puntos perdiendo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el 87% de los bienes y servicios que producía hace ocho años. En este 2021 ha habido una desaceleración que, según el economista Jesús Casique, podría ser de -1%. Pero las proyecciones mejoran para 2022, porque de acuerdo a estimaciones de 29 firmas financieras el PIB podría crecer 4,3% el próximo año, según informó el profesor de la Universidad Metropolitana de Caracas, Hermes Pérez.
Por Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA
“La buena noticia es que parece que tocamos fondo, la mala noticia es que esa recuperación de crecimiento no obedece a que se tomaron un conjunto de medidas económicas de forma coherente. Obedece más bien a un crecimiento espontáneo por la resiliencia de los empresarios y de los venezolanos que nos mantenemos en el país. También por una dolarización desordenada, la flexibilización del mercado cambiario que han hecho que no haya controles de precios. Todo eso influye en el rebote económico que estamos viendo”, expresó Pérez.
El economista, Jesús Casique, sostiene que aunque el presidente Nicolás Maduro diga que este será el primero de crecimiento económico desde que tomó el poder, la realidad es totalmente distinta. “El próximo año habrá es un rebote estadístico, es decir, será positivo, puede estar en 5,3%, pero seguiremos en el foso. Para que Venezuela se recupere a los niveles que tenía en 2012 van a tener que pasar unos 16 años”, exclamó.
Señaló que en el año 2012, el PIB de Venezuela era 352 mil millones de dólares, actualmente, según el FMI es de 42 mil millones de dólares, una caída bárbara. “Eso fue el gran daño que le produjeron las medidas que tomó Jorge Giordani cuando era ministro de Planificación del gobierno de Hugo Chávez al país, porque impulsó una política de expropiaciones, expoliaciones y confiscación al sector privado”, agregó.
Algunas mejoras
Según el economista, Hermes Pérez, existen seis factores que han hecho que la crisis comience a mejorar. El primero es que se está dando un rebote estadístico natural. “Después de caer tanto llega un momento en que la economía no se puede seguir contrayendo”, expresó.
El segundo factor es que desde 2019 se viene dando en Venezuela, producto de la hiperinflación, una dolarización desordenada que ha ayudado a estabilizar el consumo de aquellas familias que tienen acceso a dólares. Apunta como tercer factor, el incremento de las remesas que ha habido este año. “Mucha gente que está fuera retomó sus actividades normales y aumentó el envío de remesas a Venezuela”, acotó.
Precisó que también ha incidido la flexibilización cambiaria. “Esta medida la estamos observando desde 2018 y se materializó en 2019, cuando abrieron las mesas de cambio que ha permitido a empresarios la compra y venta de divisas a través de la banca comercial. También porque hubo una destrucción tan importante en la demanda de dinero, que ahora eso tiende a recuperar”, comunicó.
Un punto clave ha sido el moderado incremento que ha tenido la producción petrolera este año, los ingresos obtenidos por el país producto de la exportación y el aumento del precio del barril de petróleo en el mercado internacional.
“La producción de petróleo ha tenido una leve recuperación tanto en cantidad como en precio. Según cifras de fuentes secundarias, Pdvsa el año pasado produjo 500 mil barriles diarios de crudo, y este año va por 590 mil, según la Opep. Es posible que cierre en los 900 mil barriles diarios, eso acompañado del repunte de precios. El año pasado los precios de la cesta Merey del crudo venezolano estaban en 28 dólares por barril y este año estuvo en octubre en 50 dólares. Entonces es posible que entre la recuperación de los precios y la recuperación de la producción, además de las cantidades exportadas, seguramente el Gobierno y Pdvsa van a registrar un aumento de sus ingresos fiscales cercanos al 90%, en comparación con el 2020”, precisó Pérez.
El economista, Dilio Hernández, sostiene que este año también el Estado venezolano logró acceder a recursos provenientes de la venta de oro, coltán y minería, que le ha dado oxígeno al Gobierno para el pago de algunos gastos.
“Hay que destacar que los recursos que recibe el Gobierno tanto por vías de la exportación de petróleo como de algunos minerales, no los obtiene por las vías formales del comercio internacional. Maduro vende oro y petróleo a sus aliados Rusia, Irán, Turquía, por los caminos verdes, eludiendo las sanciones internacionales”, resaltó.
Baja hiperinflación
El economista, Jesús Casique, proyecta que para el mes de diciembre de este año la inflación podría cerrar en 1.100%. El país seguirá siendo la única hiperinflación en el mundo hasta marzo de 2022.
“Yo dije que íbamos a salir de la hiperinflación en el mes de marzo de 2022, porque la última cifra intermensual de inflación que fue por encima del 50 por ciento la publicó en marzo de este año el Observatorio Venezolano de Finanzas. En un país dolarizado de facto se ha ido desacelerado la inflación porque todo está dolarizado, eso ha contribuido a que disminuya la hiperinflación. Además, hay que señalar que este año ha habido una caída de la liquidez monetaria y del financiamiento que el BCV ha hecho a Pdvsa”, manifestó.
“Hay una burbuja económica”
Para el economista, José Toro Hardy, la disminución del ritmo de la caída económica es el resultado de medidas, como la liberación del control cambiario y del control de precios que ha generado que el único sector que esté creciendo en Venezuela sea el comercio. Los productores agropecuarios y los industriales siguen muy debilitados, trabajando al mínimo de su capacidad.
“Yo creo que hay una suerte de burbuja económica, donde sólo ha crecido la actividad comercial por la cantidad de bodegones que han surgido en Venezuela que vender productos importados de Estados Unidos y otros países. Ese tipo de actividades no tiene un efecto multiplicador en el resto de la economía, no genera muchos empleos, además tiene poco impacto en el aporte fiscal, no pagan aranceles de importación. Esto ha traído como resultado un impacto en la balanza comercial, en la caída de reservas internacionales, lo que hace suponer que este crecimiento económico no es sostenible en el tiempo”, aseveró.
Toro Hardy, quien también fue director de Pdvsa, señala que aunque algunos economistas indiquen que el freno que ha tenido la caída del PIB se deba a los ingresos que está recibiendo el país de las exportaciones del crudo venezolano, porque el precio del barril aumentó en el mercado internacional. La verdad es que Venezuela sigue produciendo un petróleo extrapesado que es el más barato del mercado, y a cuya producción tiene que aplicar descuento para poder venderla evadiendo las sanciones.
“La producción petrolera está basada en la explotación de la Faja del Orinoco, ese crudo es extrapesado. Antes era transformado a crudo sintético en las cuatro plantas de José, en Anzoátegui, que dejaron de operar y ahora se debe tratar ese crudo con diluyentes, nafta y concentrados importados desde Irán. Estos diluyentes han aumentado su precio en el mercado internacional. Lo que representa que Venezuela está pagando muy caro diluyentes para que su crudo pueda ser comercializado en uno de los mercados internacionales más baratos que existen”, dijo.
Indicó que la mezcla de petróleo que logra el país la debe vender en China, donde hay mayor demanda, pero el gigante asiático le aplica un impuesto de 30 dólares por barril porque el crudo viene con mucho azufre, que lo hace poco rentable.
Futuro del tipo de cambio
Economistas indicaron que el tipo de cambio cerrará sobrevaluado y esto se debe a las intervenciones que ha hecho el Banco Central de Venezuela (BCV) en las mesas de cambio, inyectando las reservas internacionales líquidas en la banca comercial para que exista un precio del dólar artificialmente bajo. De hecho, desde octubre cuando se aplicó la tercera reconversión monetaria, el precio del dólar ha estado entre 4 y 5 bolívares.
“Este año hemos visto 62 intervenciones del BCV a través de las mesas de cambio, un promedio de 5,5 intervenciones mensuales, una intervención semanal. Antes de la reconversión, el promedio de las intervenciones estaba entre 20 y 30 millones de dólares. Después ese promedio aumentó a 50 y 70 millones de dólares. Eso ha mantenido el tipo de cambio apreciado”, comunicó el economista, Hermes Pérez.
Esta medida sólo incentiva las importaciones de productos terminados en el país, afectando a la producción nacional, porque hay una competencia desleal de precios en el mercado.
Gobierno sigue sin tener credibilidad
El economista, José Toro Hardy, indicó que para el 2022 no se proyecta que a Venezuela se le levanten las sanciones internacionales y mucho menos que pueda acceder a créditos del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial.
“Con las elecciones se dejó claro que los acuerdos que el Gobierno firmó en México para realizar comicios con garantías democráticas no se respetaron, que en el país no hay Estado de derecho donde ni siquiera se respetaron los resultados en estados, como Barinas, por eso es poco probable que se levanten las sanciones”, expresó.
Problemas de fondo persisten
El economista, Dilio Hernández, apunta que en Venezuela siguen sin solucionarse los problemas de fondo de la economía, como la caída de la actividad económica, el aumento inusitado en los precios y un alto nivel de desempleo.
“Tampoco el Ejecutivo nacional está tomando ninguna acción para solucionar las fallas en los servicios públicos que afecta la actividad productiva del sector privado y la calidad de vida de los venezolanos. Sí se está dando una desaceleración de la hiperinflación es porque existe una caída del consumo. En el sector público los trabajadores ganan menos de tres dólares al mes, viven en pobreza sin poder alimentarse”, refirió.