¿Busca un Papá Noel para amenizar sus fiestas? Este año será difícil. El coronavirus alteró el mercado estadounidense y la oferta no cubre la fuerte demanda de hombretones regordetes y bonachones de barba blanca en estas fechas navideñas.
Tras un 2020 sin celebraciones y encuentros familiares reducidos a la mínima expresión por el covid-19, este año “todo el mundo se ha vuelto a encontrar, las empresas están organizado eventos y los centros comerciales han vuelto a traer” al Viejo Pascuero para llevar ilusión a los más pequeños, dice a la AFP Mitch Allen, fundador de la agencia HireSanta.com.
Con un aumento del 121% de la demanda y una caída del 10% de la oferta, “hay una enorme falta de animadores Santa Claus”, pese a que las tarifas han aumentado un 10-15%, asegura Allen por videoconferencia, vestido de Papá Noel con traje verde desde Texas.
Según sus estimaciones, al menos hay 1.000 puestos vacantes y casi el doble de ofertas para intervenciones puntuales en fiestas familiares, eventos de empresas o colegios. Y eso pese a que muchos centros educativos y culturales cancelaron las actividades por los riesgos de contagio del coronavirus, cuya nueva variante ómicron, volvió a colocar a los sistemas sanitarios del mundo en alerta máxima.
La caída de la oferta se explica por una triste realidad: al menos 335 personas que hacían de Papá Noel murieron en 2021 de covid y, dado que son personas de alto riesgo por la edad, muchos decidieron guardar de momento su gorro y el traje rojo y blanco que popularizó Coca Cola en el armario. Otros, simplemente se jubilaron.
– Escuela de Santa Claus –
La Escuela de Santa Claus Profesional, en Denver, también ha resentido la caída de aspirantes en un 25% en los últimos dos años pese a que la formación se hace básicamente en línea.
“En los dos últimos años se graduaron 28 Santas cuando lo habitual son 120”, dice su fundadora Susen Mesco en un correo electrónico a la AFP.
“El envejecimiento es un factor importante” pues la mayoría de los Santas tiene “más de 70 años”, justifica Mesco.
Esta tendencia va a proseguir en los próximos años, alerta Allen, como lo demuestra el hecho que “este año ya nos están reservando para 2022, lo que no había pasado nunca”. Su agencia, asegura, es uno de los “mayores proveedores” de Santa Claus en el mundo, en particular a Asia, y concretamente a China.
Actualmente, “tenemos dos Santas en Dubái”, dice orgulloso. Los clientes corren con los gastos del viaje y el alojamiento.
El problema es que no todo el mundo puede llegar a convertirse en Papá Noel, pese a que las mujeres han empezado a entrar en el mercado. En Estados Unidos, en particular, “tienes que parecerte a uno y dejarte crecer la barba y tener esa mirada centelleante”, asegura.
En un buen año, trabajando desde principios de noviembre hasta la víspera de Navidad, un Papá Noel puede ganar entre 6.000 y 10.000 dólares, asegura Allen, un buen complemento para la pensión y una buena salida para ocupar el tiempo libre en la tercera edad.
AFP