Más de una semana tienen los vecinos del barrio 23 de Enero de Maracay sin el servicio de agua potable. Los habitantes exigen a las autoridades regionales y municipales que encuentren una solución, porque están cansados de hacer “malabares” ante esta problemática.
Glenn Requena // Corresponsalía La Patilla
Comprar botellones diariamente, alquilar el servicio de un camión cisternas y acudir a los llenaderos más cercanos, son algunas de las alternativas de los residentes para acceder al agua.
“Veinte dólares sale conseguir una cisterna y muchos de la cuadra ganamos sueldo mínimo. Cómo uno va al baño, cómo se limpia la casa si no hay agua. Cada vez estamos peor”, comentó Irma Cedeño, vecina de la calle Junín de la mencionada comunidad.
Agregó que a pesar de que hay efectivo en las entidades bancarias, deben gastarlo en los llenaderos aledaños del sector, porque no tienen punto de venta, lo que genera un dolor de cabeza pues los bolívares suelen utilizarlo para el transporte público.
Por su parte, los afectados señalaron que otro de los problemas que hay al no tener el servicio básico es que no pueden hacer el lavado constante de manos para combatir el coronavirus. “Estamos en pandemia y sin agua para lavarnos las manos. No nos enfermamos porque Dios es grande, pero enfrentar un virus sin un servicio tan esencial es difícil”, enfatizó Néstor Fernández, habitante de la calle Limón.
Es de destacar que 23 de Enero no cuenta con pozo profundo. Las familias dependen del Sistema Regional del Centro. Es por ello que hicieron un llamado a las nuevas autoridades, que quedaron electas el pasado 21 de noviembre, para que tomen cartas en el asunto, ya que la escasez de agua cada vez es más crítica en la zona.
“Siempre se daña algo, porque no entendemos la escasez de agua a cada rato. Es increíble que no nos dicen nada”, expresó Abraham Torrealba.