El testimonio fue anónimo, pero confiesa el lado negativo del gran circo. Desde analgésicos para lesiones a salarios estancados hace 20 años y cómo afecta a sus vidas personales.
Por infobae.com
Formar parte de la Fórmula 1 y participar de los Grandes Premios no significa que todo sea color de rosa. Bien lo saben los mecánicos que en los últimos años se vieron expuestos a un desgaste físico y mental por el incremento de fechas, que en 2022 llegará al número sin precedentes de 23 eventos en cuatro continentes.
Los mecánicos son los héroes anónimos de la Máxima. Son los que más trabajan y saben que la rotura de un auto en una de las tandas de entrenamiento o la clasificación puede generar que pasen la noche sin dormir, dependiendo de los daños en el coche. Son máquinas que durante la carrera deben tener la máxima concentración a la hora de una detención en boxes para cambiar los neumáticos.
Son los primeros que llegan a un circuito. Los miércoles empiezan a bajar las 800 toneladas que comprende el material y los autos de los 20 equipos, prepararan los boxes, alistan los autos y dejan todo listo para el inicio de la actividad el viernes. Una vez que termina la carrera su labor es más ardua aún porque deben desarmar todo y guardan los materiales. Se retiran de noche y con suerte llegan a tomarse el último vuelo a sus casas o subirse a los camiones de las escuderías cuando se corre en Europa.
El periodista Jonathan Noble consiguió un testimonio anónimo de un mecánico y el material fue publicado en los medios especializados Motorsport y en Autosport, donde cuenta la cruel realidad que viven y cómo el tema se fue empeorando durante el correr de los años en particular con los tripletes de carreras, algo que se hizo habitual por el mayor número de fechas o el caso de 2020 cuando el calendario, si bien fue de 17 citas, debió comprimirse al iniciarse en julio por la pandemia de COVID-19. De hecho entre oportunidades hubo tres fechas seguidas.
“A medida que el calendario se ha ido ampliando y los tripletes se han convertido en algo normal, las cosas están llegando a un punto de no retorno para muchos que trabajan en el pit lane (calle de boxes)”, contó el mecánico.
“Las horas de trabajo son muchas. Desde el miércoles anterior a la carrera hasta el domingo por la noche, son jornadas de un mínimo de 12 horas. No te das cuenta de lo que cuesta hasta que regresas a la fábrica y haces un día normal de ocho horas, que se vuelve casi cómica de lo corta que te parece”, agregó.
“De hecho, no te paras a pensar lo raro que es la vida con viajes hasta que vuelves a casa. Lo que lo hace especialmente duro es que es implacable, sin tiempo de recuperación. Trabajas desde el momento en el que te bajas del avión, y puede pasar que tu viaje haya sido horrible, en clase turista con poco espacio y sin dormir nada”, apuntó.
El último tramo de la temporada fue desgastante para ellos ya que viajaron desde Europa a Norteamérica, luego a Brasil y después a Medio Oriente: “Después del triplete de México-Brasil-Qatar, la combinación de vuelos en clase turista, los cambios horarios y las carreras a horas extrañas hicieron que absolutamente todo el mundo estuviera destrozado, y fue entonces donde vi a la gente más afectada”.
“Cuando llega el cansancio, es horrible, horrible. Cuando estas de viajes y lejos de tus seres queridos, puedes sentirte muy solo. Después, cuando regresas a casa un lunes por la mañana o por la noche y no has dormido bien esos días, te afecta a cómo te sientes en tu tiempo libre” reveló. Y destacó el hecho de cómo influye en su vida personal: “Esto significa que tus relaciones pueden verse afectadas, ya sea porque has tenido discusiones con tus compañeros o porque tienes otras cosas en la cabeza, y eso no es justo ni para ti ni para ellos”.
En tanto que confiesa una situación particular cuando alguno presenta lesiones: “No solo estás cansado mentalmente, también lo estás físicamente. A medida que avanza la temporada, se producen muchísimas lesiones. Los equipos tienen médicos y fisioterapeutas para ayudar a cuidarte, pero la solución más fácil es tomar analgésicos para seguir hacia delante. Es imposible que un médico normal te dé lo mismo que nos dan a nosotros para continuar trabajando. Los que no quieren seguir el camino de los analgésicos, recurren al alcohol, y eso no es bueno tampoco.
Sobre cómo se maneja la pandemia de COVID-19, sentenció que “a los equipos les gusta gestionar el calendario en función de lo que es mejor para ellos, y no para el resto de las personas. Algunos equipos no quieren que te hagas pruebas PCR demasiado cercanas a la clasificación o a la carrera por si eso te puede dejar en cuarentena. En su lugar, prefieren que esperes lo máximo posible para hacer el test. Y si, por cualquier motivo, no llega el resultado de la prueba, al que le afecta es al mecánico, que tiene que estar otro día más fuera de casa para hacer otro PCR”.
Por el testimonio recogido se trataría de un mecánico que integra alguna de las 16 escuderías que tienen sus bases en Inglaterra. “Entre el estrés de que los resultados de los test lleguen a tiempo para que podamos volver a casa, la obligación de hacer cuarentena en Reino Unido y los cambios de las fechas con poca antelación, hemos tenido que renunciar a gran parte de nuestras vidas para que la gente de arriba gane más dinero sin que nosotros recibamos nada a cambio”, aseguró.
El evitar errores durante un fin de semana es clave y sostuvo que “eso aumenta el estrés, los pilotos y el personal de la fábrica confían en que rendirás al 100% y que no tendrás errores, pero cualquiera puede cometerlos. Somos humanos, y yo he hecho muchos en mi vida”.
Que no se concrete el cambio de un neumático a tiempo o se trabe una tuerca, como pasó con Valtteri Bottas en Mónaco, puede ser de las situaciones más estresantes posibles y afecta a la confianza de su labor. Por eso el mecánico afirmó que “empiezas a dudar de ti mismo, te desconcierta y hace que puedas cometer más errores porque te estresas, es un cansancio mental. La presión de esto, sumado a la fatiga por el número de las carreras y de los tripletes, ha hecho que lleguemos a un punto en el que el ambiente en los garajes puede ser muy tóxico”.
Pero los problemas no solo de la tarea en si, según su declaración hay prejuicios sobre “la apariencia, sexualidad o situación laboral”. Aseveró que “he visto muchas veces que algo divertido se ha pasado de la raya y ha traspasado los límites del humor. Puede tener un impacto negativo en algunos dentro del garaje porque tienen inseguridades respecto a su apariencia, sexualidad o situación laboral. Resaltar esas inseguridades puede llevar a la depresión, y todo lo que conlleva, como el aislamiento social o un estilo de vida poco saludable”.
Sobre las tareas resaltó que “los mecánicos tienen que ensamblar el coche, después ir por la caja de cambios, la suspensión, etc., a veces no hay ni media hora para comer, sientes que tienes que engullir la comida para volver al trabajo. Eso hace que algunos tengamos la sensación de que si ocurre un problema mental, y conozco a compañeros que les ha pasado, no hay ningún apoyo adicional para nosotros, nadie va a ayudarnos”.
En tanto que confesó que la respuesta que reciben es que “si no te gusta, la puerta está abierta”. A menudo, cuando la gente habla del estrés y la tensión del extenso calendario en Fórmula 1, te dicen que ‘si no te gusta, que puedes marcharte’, incluso algunos jefes de equipo lo han dicho. Pero esa actitud demuestra que no están en contacto con la realidad de lo que se necesita en la F1.
Según reveló “los salarios de los mecánicos se han estancado en los últimos 20 años”, y el panorama no cambiará ante el límite presupuestario de 145 millones de dólares para las escuderías, política que comenzó en 2021. Sin embargo, ese techo no incluye el sueldo de los pilotos ni de los ingenieros más importantes.
Por último aportó algunas soluciones como por ejemplo evitar un viaje “directo de Azerbaiyán a Canadá”, como tendrán en 2022. O “impulsar un sistema de rotación del personal para mantener a los mejores miembros del equipo en buena forma y motivados durante toda la temporada”.