Las prácticas sexuales más extrañas y perturbadoras de la antigüedad

Las prácticas sexuales más extrañas y perturbadoras de la antigüedad

Aunque el sexo sigue siendo un tema tabú para muchas personas, también hace parte de las necesidades básicas del ser humano.

 

 

 

La práctica sexual ha acompañado a la humanidad durante su tiempo de existencia. Algunas personas, grupos o culturas incluso se han atrevido a ‘ir más allá’ y llevar a cabo algunas prácticas que otros consideran extrañas e, incluso, perturbadoras. Así lo reseñó El Tiempo.

Así como antes varias culturas no veían con buenos ojos ciertas prácticas sexuales y las castigaban con rudeza, otros las aceptaban o tenían costumbre que nosotros miraríamos y nos preguntaríamos: ¿qué es esto y por qué?

La necrofilia como algo ‘común’

Aunque la necrofilia ha sido rechazada desde siempre, los egipcios no la veían con malos ojos e, incluso, podía considerarse una práctica convencional.

“Gracias al Papiro de Ebers sabemos que era una práctica aceptada entre los embalsamadores de momias, sin que ninguno de ellos fuese sancionado”, describe La Vanguardia.

También se sabe que, como medida para prevenirlo, las familias de las mujeres fallecidas contrataban guardias que vigilaban los cuerpos durante el proceso de momificación.

La masturbación como ritual

La masturbación que llevaban a cabo los egipcios era muy distinta a la que algunos practican en la actualidad y que corresponde, principalmente, a la exploración y el conocimiento del cuerpo.

En el antiguo Egipto sucedía cada año durante una ceremonia en homenaje al dios Atum.

Para el rito, los hombres se dirigían a la orilla del río Nilo a masturbarse con el fin de que el líquido seminal cayera en las aguas.

¿Por qué lo hacían? En sus creencias, el dios Atum se había masturbado y de su semen habían nacido otras deidades que le ayudaron a crear y gobernar el universo, según explica El Universal.

Orgías como ceremonias

“Honrar a los dioses en nombre de la fertilidad” era la razón que se daba en los tiempos de la Antigua Grecia y del Imperio Romano para formar grandes orgías, describe ‘La Vanguardia’.

Estas eran consideradas ceremonias religiosas en las que se llevaban a cabo ritos para la fertilidad por medio de prolongadas sesiones sexuales. En las mismas se hacían grandes banquetes y había música.

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