Este lunes, el Ministerio Fiscal ha solicitado aplicar la máxima pena privativa de libertad en España contra Adriana Ugueto: la prisión permanente revisable. A través de un escrito que pone los pelos de punta, la acusación reúne cada una de las piezas de un complejo puzle que ahora deberá valorar la Justicia: el asesinato de Carolina, una menor de 5 años asfixiada en Logroño a manos de su madre y su abuela como “último acto posesivo” antes del suicidio. Así lo reseñó 20Minutos.
Ahora, casi dos años después del fallecimiento de la pequeña, la presunta filicida se enfrenta a cargos por homicidio con parentesco, alevosía y persona especialmente vulnerable por la edad de la víctima, a diferencia de la abuela, que sí pudo completar su plan y cuyo cadáver fue hallado en el río Ebro dos días más tarde del asesinato.
Las asesinas y sus motivos:
De acuerdo con la Fiscalía, en este crimen Adriana no estuvo sola. El asesinato de la menor, forma parte de un plan trazado “durante semanas” con ayuda de la abuela de la víctima, Olga Febles, para quitarse ambas la vida y asesinar de paso, a la niña de 5 años. Tal y como recoge el escrito, madre y abuela, buscaban escapar de una mísera existencia, aunque, cada una por diferentes motivos: la abuela, por haber sido víctima de una estafa a través de Internet que le llevó a la ruina, la madre, por la frustración que le supuso que la justicia concediera la guardia y custodia de su hija Carolina a su marido y padre de la niña.
Además, de acuerdo con el relato de la Fiscalía: “Estaban muy unidas, mantenían una relación muy estrecha, compartiendo todo lo que le sucedía a cada una, trabajando juntas en una tienda que regentaban en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro”.
El crimen
En una de sus confesiones, Adriana “llegó a comentar a su madre que sufría por no estar siempre con su hija, y tenía pensamientos autolíticos”. Olga, por su parte, “le anunció su intención de acabar con su propia vida”, según narra el escrito. Más allá de estas conversaciones Adriana propuso incluir a su hija menor de 5 años en el plan de suicidio colectivo “como último acto posesivo, en venganza y resentimiento hacia el progenitor de la menor [del que se había separado al poco de nacer Carolina], al no soportar que la niña estuviera con él”, prosigue el Fiscal.
En base a la información que recoge el medio local La Rioja, madre y abuela administraron una dosis indeterminada de Noctamid 2’5 a la menor, un medicamento para la normalización del tiempo necesario para la conciliación del sueño y su duración total y que también reduce el número interrupciones del mismo (la autopsia reveló que la madre le había estado administrando al menos durante 4 meses ese mismo medicamento). Así, consiguieron dormir profundamente a Carolina y evitar que pudiera defenderse ante cualquier ataque, para seguir después con el plan, y asfixiar a la niña tapándole la boca y la nariz con ayuda del chupete que portaba en la boca.
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