Emilia Basil asesinó a José Petriella el 24 de marzo de 1973. Pero eso no fue lo más macabro de su crimen, ya que después hirvió partes de su cuerpo en una olla de su restaurante de la avenida Garay. Aseguran que varios comensales comieron el plato sin imaginar que se trataba de un cadáver. Así lo reseñó La 100 Radio.
Una vecina de la zona fue la clave para que el crimen se hiciera público: denunció que había “mal olor” en el restaurante. Luego, cuando tuvo que declarar ante el juez, Emilia Basil no mostró ni un solo signo de arrepentimiento: “Lo hice y lo volvería a hacer una y mil veces”.
Ella había viajado de Italia a Argentina en busca de un futuro mejor. Acá conoció a Felipe Rueda, con quien se casó y de inmediato se mudaron a una casa de la calle Garay 2201. Vivían en el fondo de la casa y tenían como vecino a otro italiano, un tal José Petriella. Él se encargó de venderle la propiedad a la mujer, que pagó una parte en efectivo y quedó adeudando el resto.
Con el tiempo, fueron compartiendo cada vez más cosas. Emilia Basil le había contando de sus intenciones de poner un restaurante, pero su mal pasar económico no se lo permitía. José empezó a acosarla, pero ella no hacía ni decía nada por miedo a que le cancelara la hipoteca de la casa en la que vivía.
Un día, su marido se fue a trabajar y José se metió en su cuarto. Ella lo empujó, pero él no se detuvo y empezó a manosearla. Ella se zafó y se acostó en la cama, él hizo lo mismo. Mientras dormía, Emilia había hecho un cordel de nylon por detrás del cuello. Tiró con todas sus fuerzas y lo asesinó.
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