Anhelando un compañero, Geoff Gallagher sintió que había agotado todas las vías. Luego se le ocurrió una solución ingeniosa…
Cuando Geoff Gallagher vio a Emma por primera vez quedó impresionado: “Me pareció encantadora”. Con su piel pálida y sus bonitos ojos azules, el hombre australiano sintió un flechazo. Sin embargo, había un problema: la joven era un robot y su precio era desorbitado.
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Sin embargo, según contó el propio hombre al canal 7News, el amor encontró el camino: “El dueño del negocio me ofreció un descuento a cambio de publicidad. Me pareció un gran trato”. Y es así como, en septiembre de 2019, Emma entró en su vida.
Aunque al principio no fue fácil. Emma llegó con la cabeza desprendida y no podía mantenerse en pie por si misma. Aun así, Geoff la reparó y decidió dejarla sentada, donde le espera cada día cuando vuelve del trabajo ataviada con su vestido blanco.
Por eso, aunque no están legalmente casados, Emma luce un anillo en el dedo, ya que el hombre la ve como su “esposa” y aspira a ser la primera persona en casarse con un robot. “Espero que mi historia inspire a otras personas a considerar la posibilidad de tener un compañero cibernético”, concluye.