A pesar de que el régimen eliminó la cuarentena, sigue “palo abajo” ventas de autopartes en la zona norte de Anzoátegui.
Por Javier A. Guaipo / Corresponsalía lapatilla.com
Según comerciantes dedicados a la venta de autopartes en la zona norte del estado Anzoátegui, el nivel promedio de comercialización en este rubro apenas ha alcanzado un 40% en los últimos meses, y eso porque lograron tener cierta mejoría a finales de 2021.
A juicio de Erick Piñango, la situación económica del país, en combinación con las restricciones de cuarentena por la pandemia del Covid-19, resultaron ser una combinación fatal para los vendedores de repuestos automotores, así como para el comercio en general.
“Esto ha sido un sube y baja constante, tal como una montaña rusa. Antes se notaba más por el esquema 7+7, pero la irregularidad se mantiene”, dijo el encargado de una tienda de este tipo, ubicada en la avenida Bolívar de Puerto La Cruz.
Piñango precisó que, pese a trabajar corrido durante noviembre y diciembre, fue entre el 23 y el 28 del último mes del año cuando tuvieron mayor afluencia de clientela.
“Para la primera semana de enero teníamos una expectativa que no estuvo ni cerca de cumplirse. En épocas anteriores, este período era de gran movimiento debido a que mucha gente le cambiaba piezas a sus carros para irse tranquilos de viaje o a la playa. Nada que ver con lo que vimos”, manifestó.
Por su parte, Daniel Jiménez, despachador de un comercio de autopartes en el sector Barrio Sucre, en Barcelona, coincidió con Piñango en que las ventas han estado discretas. No obstante, resaltó que una de las cosas que han tenido a su favor desde un tiempo para acá es la calidad de la gasolina que se está despachando en las estaciones de servicio.
“El bajo octanaje con que viene ahora el combustible ha traído como consecuencia que piezas como las bujías o pilas tengan un tiempo de vida más corto”. Sin embargo, agregó, cada vez son menos los que buscan los repuestos originales y son más los que piden piezas genéricas por la diferencia en el precio.
Jiménez explicó que en el comercio donde atiende, un aceite “de buena marca” sale en ocho dólares, mientras que el “barato” cuesta cinco dólares.